Después de 25 años trabajando como técnico en Medina Azahara, en marzo del 2103 fue nombrado director del conjunto arqueológico. Pocos como él conocen cada una de las virtudes, defectos y secretos de este yacimiento, que ahora opta a ser Patrimonio de la Humanidad, algo ante lo que José Escudero se muestra "esperanzado", pero "cauto".

--Medina Azahara acaba de empezar un largo camino hacia su designación como Patrimonio de la Humanidad. ¿Se siente esperanzado?

--Estoy muy esperanzado, pero también muy cauto. No hay que olvidar que estar en la Lista Indicativa de la Unesco es el primer paso, no hay nada definitivo. Por supuesto, seguimos trabajando en algo realmente positivo y ojalá se produzca la inscripción en la Lista Representativa, pero hay que esperar.

--¿Qué supone para usted, como director del yacimiento, este reto?

--Una enorme responsabilidad porque significa que hay que sacar adelante una candidatura en la que el conjunto arqueológico tiene mucho que ver. La inscripción en la lista de Patrimonio Mundial es algo que no depende de la institución, puesto que es algo que se hace a nivel estatal, pero del yacimiento depende la gran parte, por no decir todo, para que la candidatura sea algo potente, creíble y con solvencia.

--Ahora toca vender Medina Azahara ante la Unesco. ¿Participará usted en la elaboración del expediente? ¿Quién lo hará?

--Sí, participaré, puesto que soy el director del conjunto arqueológico, pero también lo hará todo el equipo de Medina Azahara, como se viene haciendo con todos los trabajos que se realizan en torno al yacimiento. Esto no es labor de una sola persona, sí hay un redactor, José Ramón Menéndez de Luarca, que fue el redactor del Plan Especial de Medina Azahara que se aprobó en 1998, y también el redactor del Plan Director del conjunto. Es una persona que tiene mucha experiencia y conocimiento del yacimiento. Tiene que ser alguien externo que haya manejado expedientes de la Unesco y Menéndez de Luarca también trabajó en el expediente de los Dólmenes de Antequera.

--También se dijo que se necesitarían las sinergias de todas las administraciones, que se trabajaría en equipo. ¿Será así?

--El consenso entre todas las administraciones es absolutamente necesario para obtener el título. Si se presenta una candidatura con un apoyo monolítico ante la Unesco, sería mejor que si se presenta con escisiones.

--Imagine que tiene usted un minuto para defender la candidatura.

--Difícil me lo pone. Medina Azahara es uno de los lugares más interesantes desde el punto de vista arqueológico y paisajístico que hay en el mundo o, al menos, en Europa. Tiene un valor universal porque es la concreción arquitectónica, el fósil, de una situación histórica que fue irrepetible en el mundo, el siglo prodigioso del califato. En ningún sitio como en Medina Azahara se puede vivir el califato de Córdoba.

--¿Con qué problemas puede encontrarse la candidatura?

--Los posibles escollos pueden ser la existencia de algunos procesos parcelatorios en el entorno de Medina Azahara, pero creo que esos problemas no lo son tanto porque esos procesos están absolutamente paralizados. En ese sentido, la Administración pública hizo bien su trabajo en el momento que tuvo que hacerlo y se paralizó un proceso que parecía que no iba a acabar nunca. En ese sentido, ese posible escollo, que se ha resaltado en algunos medios de comunicación, habría que relativizarlo y explicarlo bien.

--¿Qué puede suponer este título para el yacimiento?

--La rutina no cambiaría, aunque no puedo hacer vaticinios. Tendría una repercusión inmediata en el aumento del número de visitantes y en la consolidación de una dimensión turística importante dentro de la oferta patrimonial de la ciudad.

--Con este título, Córdoba tendría cinco elementos Patrimonio de la Humanidad. No todas las ciudades pueden presumir de esto.

--La verdad es que no. Es como un récord, aunque el número no es lo verdaderamente importante, sino la calidad de esos bienes.

--¿Cree que los cordobeses valoran su patrimonio histórico, artístico e inmaterial?

--Creo que Medina Azahara forma parte del inconsciente colectivo, de su propia vida y su cultura, aún no conociéndolo físicamente.

--¿Qué importancia tuvo la construcción del centro de visitantes o museo?

--Un cambio radical en la manera de enfrentar los trabajos, en la forma de gestionar el sitio. Era una demanda histórica, se necesitaba todo el cúmulo de servicios que debe aportar una institución de este tipo a la sociedad y ha supuesto un cambio revolucionario en el sistema de trabajo. Ha cambiado radicalmente toda la forma de ver Medina Azahara.

--¿Que supone el hecho de que esté bajo el amparo de la Junta? ¿Cree que necesita una institución fuerte detrás?

--Creo que sí. Sitios como Medina Azahara necesitan ser institucionalizados y ese fue uno de los grandes aciertos de la Junta al principio de la autonomía, siguiendo el modelo de los museos.

--Sabemos que solo hay un 10% excavado en el conjunto. ¿Qué sorpresas nos aguardan?

--Lo que queda por descubrir es una gran parte del palacio, la zona donde vivían las mujeres, y la ciudad en sí, donde vivía la gente. De la medina no hay nada excavado, excepto lo que se hizo en la muralla sur, donde se descubrió esa pequeña mezquita de barrio. Creo que Medina Azahara aún dará sorpresas, y muchas.