Colombia despidió ayer a Gabriel García Márquez con una ceremonia en la Catedral Primada de Bogotá. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo que el país debe luchar por conseguir la anhelada paz como homenaje a la memoria del nobel Gabriel García Márquez, de quien dijo que fue un colombiano "comprometido" no sólo con su tierra sino con América Latina. "Gabo fue un hombre comprometido con el destino de su país y de América Latina, un hombre de profundas convicciones, preocupado por la justicia, por la educación y, muy especialmente, por el logro de la paz", manifestó Santos en el homenaje solemne.

Tras señalar que García Márquez "buscó la paz, trabajó por la paz, siempre quiso una Colombia en paz", el jefe de Estado agregó: "Y en su memoria no vamos a claudicar en esa tarea, la más trascendente que tenemos como nación". El mandatario citó unas palabras de García Márquez, quien en una ocasión dijo que hay que "amar como nunca al país que merecemos para que nos merezca".

Santos habló de la "gratitud, cariño, admiración" de los colombianos por el escritor fallecido el pasado jueves en Ciudad de México a la edad de 87 años, a quien definió como "el más grande exponente no solo de las letras nacionales sino del alma colombiana". "Invito a los colombianos a que le rindamos el mejor homenaje que es volver a acercarnos a sus libros, a sus textos, a leerlos y releerlos porque en ellos habita nuestra esencia nacional y no solo eso, habitan nuestros sueños que son la materia prima de la literatura", añadió.

El presidente concluyó su intervención con una invitación a los presentes a aplaudir de pie, "con el alma", para que se escuchara "en los confines del planeta" a García Márquez, "ese hombre gigante que escribió con letras de oro el nombre de Colombia en el panorama mundial".

Tras el caluroso y prolongado aplauso, el homenaje se cerró con la interpretación por la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia de La casa en al aire , un clásico de la música vallenata obra del compositor Rafael Escalona (1927-2009), que fue uno de los amigos de toda la vida del escritor.

El recuerdo de la figura del gran escritor se convirtió, a su vez, en palabra. En las bibliotecas públicas del país se dio lectura en voz alta a El coronel no tiene quien le escriba . La llamada 'gabolectura' tuvo a la Biblioteca Nacional como punto de partida. Santos inició la lectura.