Es la primera vez que el premio Nobel de literatura J. M. Coetzee viene a España a presentar un libro. Se trata de la colección de relatos 'Siete cuentos morales', que el autor surafricano ha ido escribiendo a lo largo de los años y tiene algo de histórico para nuestra lengua: se ha editado en español antes que en inglés.

El escritor ha ofrecido este sábado una charla en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid donde el público ha podido acercarse a esta figura fundamental de las letras contemporáneas en un diálogo con la editora argentina del sello El Hilo de Ariadna, Soledad Constantini, que junto a Penguin Randon House se han hecho cargo del presente volumen.

El escritor ha explicado su progresivo desencanto con la cultura anglosajona y su idioma. Está harto del imperialismo estadounidense, de su política, de su obsesión por que todos copiemos su modo de vida, y ha perdido definitivamente el interés por esos centros culturales que para él una vez fueron Londres y Nueva York. "No me identifico ya con el inglés", ha dicho. “Todo el mundo parece entusiasmado con la globalización del idioma, pero no se dan cuenta de lo que supone. Un idioma da la visión de la cultura en el que nace. Y lo que el inglés conlleva, no me interesa”.

AMOR A BECKETT

Como suele ser habitual en su obra, se ha desdoblado hablando de sí mismo, narrando algunos de los capítulos más importantes de su vida: su etapa en la universidad de Texas, cuando quiso ser matemático, pero se dio cuenta de que no era lo suficientemente brillante, o su amor por Samuel Beckett, al que dedicó uno de sus primeros trabajos universitarios.

No ha querido hablar en profundidad de ninguno de sus trabajos. “Si un libro no puede hablar por sí mismo, es un fracaso, y ese autor no está trasmitiendo nada”. Pero, sin embargo, sí ha habido espacio para hablar de su relación con su personaje de Elizabeth Costello, que según cuenta, apareció en su vida en 1999 sin avisar, sin ser invitada y exigiendo un hueco en su vida. “Nunca he tenido control sobre ella. No es una mujer a la que se pueda considerar simpática. Es arrogante, dominante, intolerante y es escéptica frente a la racionalidad humana”.

Al hablar de fe y religión ha hecho referencia al profundo impacto que le causó ver cuando era adolescente 'El evangelio Según San Mateo', de Pier Paolo Pasolini. “Su Jesús no era un Jesús constitucional, era salvaje, intenso, pero también frágil. Sin ser creyente reconozco que estoy influido por el pensamiento cristiano”. Ha reconocido que escribir y rezar son dos prácticas muy similares y ha terminado la charla hablando de la complicada relación que las generaciones actuales tienen con sus ancestros. “Cuando una sociedad rechaza sentirse afectada por el pasado, es posible que empiece un proceso de sanación”.