En 1977, Rocío Durcal (Laura) y Bárbara Rey (Marta) mantienen una relación en plena explosión social de libertades desconocidas en España tras cuarenta años de dictadura y represión. La historia interpretada por Dúrcal y Rey es la que cuenta la película Me siento extraña, dirigida por Enrique Martí Maqueda, y con la que ayer la Filmoteca de Andalucía abrió el ciclo de cine LGTBI. Este ciclo no solo reivindica el patrimonio de la cinematografía española, sino la eliminación de las barreras sexuales, afectivas y de identidad en el 40 aniversario de la exclusión de la homosexualidad de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social (LPRS). Una ley franquista que junto a la de Escándalo Público, antes fue la Ley de Vagos y Maleantes, valió para reprimir la homosexualidad y la transexualidad en España durante décadas.

Tumbadas las leyes represivas llegaron los nuevos modelos de distribución al cine, nuevas realidades, el cine S...

La consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la delegación de Cultura en Córdoba han querido «hacer esta reparación empleando la cultura como difusión de una realidad para que los más jóvenes, sobre todo, entiendan lo que sucedió y dar visibilidad de tolerancia con estos colectivos que tanto daño sufrieron en esta época en que fueron vejados, considerados delincuentes, pecadores por el catolicismo más puro, con una ley muy injusta», sostiene la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso, que presentó ayer junto al delegado de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Alcalde, el ciclo de cine, organizado por la asociación LGTBI Adriano Antinoo, con sede en la capital hispalense, con la colaboración de la Administración andaluza.

Desde febrero hasta septiembre, a través de este ciclo se proyectarán un total de seis películas, todas ellas rodadas y estrenadas en plena transición española de temática LGTBI. La Filmoteca de Córdoba proyectará el ciclo completo y, además, tres de los títulos podrán verse también en Sevilla y Granada.