Por lealtad a la República. Historia del canónigo Gallegos Rocafull es el título del último libro del historiador egabrense José Luis Casas, que ha sido publicado por la editorial Base y presentado en el patio de la Casa de la Cultura de Cabra, acompañado del profesor José María Garrido y el delegado municipal de Cultura, Javier Ariza (PA). Casas destacó en la presentación que la figura del canónigo retratado "tiene muchísimo que decir, pues creo que es uno de los muchos personajes que tenemos que rescatar del exilio español y, en este caso, en México".

Para Casas, la característica peculiar del sacerdote, teólogo y filósofo gaditano Gallegos Rocafull (1895-1963), que fue canónigo de la catedral de Córdoba, es "que sigue una línea, al ponerse a favor del gobierno de la República en 1936, completamente opuesta de lo que era la Iglesia Católica". Sobre este sacerdote, Casas reveló que "él tiene que estar donde piensa que está el pueblo, y su planteamiento es que el pueblo está con la legalidad, el pueblo está con la República, Cristo hubiera estado al lado del pueblo y por lo tanto tiene que estar al lado del pueblo y de la República".

Esa idea, prosiguió Casas, le llevó a colaborar con el Gobierno para captar el apoyo de los católicos europeos a favor de la República, haciendo labores de propaganda en Bélgica y en París, "lo que le costará un enfrentamiento con el cardenal Gomá, primado de España, y le supuso la suspensión a divinis en sus labores sacerdotales hasta 1950, año en el que le fue levantada en México, a cuyo exilio llegó en 1939 y que retoma al tiempo que renuncia a la canongía cordobesa, a la que llegó por oposición", indicó Casas.

En México, recordaba el historiador, desarrolló una intensa actividad intelectual, tanto en el ámbito de la filosofía y de la teología con obras que siguen siendo fundamentales en la historia del pensamiento mexicano y de las que Casas ha logrado localizar más de treinta. El autor del libro destacó que Gallegos Rocafull colaboró en la fundación de la Editorial Séneca, en la que confluyeron gran parte de los intelectuales exiliados españoles como José Bergamín y Emilio Prados, entre otros.