Los héroes de papel como el Capitán Trueno nunca mueren y, si alguna vez lo hacen, como fue el caso del aguerrido personaje creado por Víctor Mora y Ambrós, pueden revivir en cualquier momento, esta vez de la mano de José Revilla, que firma el nuevo álbum El Capitán Trueno y el círculo de fuego.

En El último combate (2010), el seguidor del capitán era testigo de la muerte de Sigrid y de un ya envejecido Trueno, en una obra con guión de Ricard Ferrándiz y dibujo de Joan Boix, que tenía el visto bueno de Víctor Mora. Posteriormente, Ferrándiz publicó en solitario otros dos álbumes del Capitán Trueno, con un aspecto más juvenil. Ahora el personaje regresa, en su versión más clásica y también con la aquiescencia de Víctor Mora, en una de sus típicas aventuras ambientada en la América precolombina.

En esta ocasión, y gracias al globo del mago Morgano, Trueno y sus inseparables Sigrid, Goliath y Crispín se adentran en la selva amazónica, donde se enfrentarán a los partidarios del tirano Llanco-Huamán, que se ha hecho con el poder en el reino de Anacotlán tras anular la voluntad de su soberana haciéndole beber una pócima.

José Revilla explica que el proyecto fue presentado por Ediciones B a Víctor Mora (Barcelona, 1931-2016) meses antes de su fallecimiento, en agosto del 2016. «Se le envió una sinopsis de la obra, así como parte del guión y algunas páginas ya dibujadas y su consentimiento fue inmediato», indica el dibujante salmantino.

Revilla conoció personalmente a Víctor Mora en el 2004 y recuerda que de aquel encuentro «me causaron una grata impresión su inteligencia y su afable personalidad, dignas de un gran guionista como él y padre literario de dos de los mejores personajes que se han dado en la historia del tebeo español». Junto al Capitán Trueno, el historietista de Ciudad Rodrigo incluye aquí al Jabato, cuyas aventuras transcurren en la época romana y de cuya continuación se ha encargado Revilla desde el 2008, etapa en la que ha firmado cuatro nuevos álbumes.

José Revilla entiende que la buena acogida por los lectores de los álbumes del Jabato «han sido, en cierto modo, la puerta de entrada» para dibujar su primer álbum del Capitán Trueno.

Calcula Revilla que, después de Ambrós, una treintena de dibujantes han colaborado en la elaboración de sus páginas, al menos en sus aventuras «oficiales», pues existe «una legión de dibujantes tanto profesionales como aficionados que en los últimos tiempos se han dedicado a hacer sus versiones particulares del personaje». Señala que cada dibujante ha dejado impreso su sello particular en las historietas, y en su caso «he intentado adaptar mi estilo a su iconografía clásica, pero nunca pretendiendo hacer una imitación, sino más bien utilizar esos elementos característicos tanto de su fisonomía como de su movimiento para proporcionar a la historia el sabor clásico de los primeros cuadernillos».

Si en anteriores álbumes el trabajo se repartía habitualmente entre el guionista y el dibujante, Revilla se siente ahora más cómodo «haciendo ambas cosas yo mismo».