El acogedor espacio de la sala Polifemo del Teatro Góngora se convirtió el pasado viernes en lo que parecía una cajita de música envolviendo el espectáculo Todo dice que sí. Dos asientos y un micrófono es lo único que Alberto San Juan y Fernando Egozcue necesitan para dar rienda suelta a las notas de su concierto.

Porque el espectáculo es eso: un concierto, un recital con dos instrumentos. La voz bien templada, cálida y con perfecta dicción de Alberto San Juan y la magnífica guitarra a la que las manos de Egozcue arrancan sonidos maravillosos.

El actor recita leyendo, o lee recitando, una serie de poemas que son una afirmación de vida sobre el escenario, de cómo saber y querer vivirla como deseamos, a partir de lo que somos. San Juan ya nos avisa de que este recorrido por la poesía española del siglo XX no es nada académico, que los títulos escogidos lo son de manera totalmente arbitraria y subjetiva. Los versos salidos de la mente y el alma de autores tan conocidos como: Salinas, Luis Cernuda, Juan Ramón Jiménez, Gabriel Celaya, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Josep María Fonollosa o Ángel González han sido traducidos a notas musicales por Fernando Egozcue que traza un simbolismo latente en cada composición sin pararse a considerar el fondo sentimental, filosófico, humorístico, social e incluso erótico del contenido de las letras.

Todo dice que sí es un canto a la libertad de la persona, al amor que cada uno de quienes asisten al espectáculo tienen a la lectura poética, sin que nadie ponga voz a estos versos por ello San Juan los lee y si queremos, los interpreta a su manera desde la piel de cada uno de los seres humanos, sentados frente a los dos instrumentos musicales sobre el escenario, que se dejan llevar por el sonido de la voz de Alberto y las notas de las obras originales de Egozcue exclusivas para este espectáculo.