Orquesta de Córdoba

Violín: Artaches Kazarian

Director: Miguel Romea

Programa: C. Saint Saens y Bizet

El director madrileño Miguel Romea fue el encargado de dirigir las dos obras francesas programadas para el primer concierto de abono del 2017 en la fría noche del pasado jueves: el emotivo impulso que imprimió en el Concierto para violín y orquesta nº 3, en Si menor, Op. 61 de Camille Saint-Saëns y, sobre todo, en la Sinfonía Roma, en Do mayor de Georges Bizet consiguieron calentar el ambiente en el interior del Gran Teatro. Comenzó el concierto con la obra de Saint-Saëns, en la que Romea cuidó los equilibrios entre solista y orquesta y en el que el momento más destacado fue el segundo movimiento, que se balanceó con dulzura y sosiego en la versión concebida por Romea.

La parte solista del concierto fue interpretada por Artaches Kazarian, ayuda de concertino de la formación cordobesa, que ofreció una interpretación templada -con algunos problemas de afinación- que acabó siendo ovacionada por el público, ante lo cual Kazarian respondió ofreciendo la Allemande de la Partita nº 2 para violín solo de Bach.

En la segunda parte del concierto pudimos escuchar la Sinfonía Roma, que sonó creíblemente italiana en las manos del madrileño; vivaz y saltarina, nos transportó a ese ambiente mediterráneo que Nietzsche identificó en la obra de Bizet y que, dadas las temperaturas del exterior, se echaba de menos. La gran capacidad de comunicación a la hora de dirigir la orquesta se advertían sin dificultad en la labor de dirección, que mediante un firme manejo de las dinámicas extrajo tensión, diversión y belleza de la obra del parisino, lo que el público agradeció con su aplauso.