Aunque pudiera resultar profético en unas letras que hablan de «guerra civil entre hermanos», el inminente nuevo álbum de estudio de Bunbury, titulado Expectativas, no constituye una reflexión sobre los últimos acontecimientos políticos españoles. Es más, su autor los ha rehuido a conciencia, según dice. «No sigo la política internacional, ni la de ningún país concreto. Me aburre y no me interesa. La política de aquí y de allá está infectada por personajes de una ruindad que no merece ni nuestra atención, ni nuestra conversación. Menos aún, una canción. La música es sagrada», sentencia el músico en una entrevista.

Su respuesta llega al ser preguntado por la posible relación entre el conflicto secesionista en Cataluña y el mensaje de La ceremonia de la confusión, en realidad una «canción global», precisa, y uno de los temas más emblemáticos del citado Expectativas (Warner Music), que se publica mañana. Frente a todo ello, en cortes como Bartleby, en el que se inspira en el personaje del relato de Henry Melville, aboga por la «insumisión social» para «no participar de todo este embrollo» y «alejarte de las exigencias de la sociedad».