De cante vengo, título del disco que Bernardo Miranda presenta el próximo viernes, a las 20.30 horas, en el Teatro Góngora, puede servir de buen pretexto para explicar el inagotable germen que brota allá en su localidad de origen, Fernán Núñez, en la que el arte flamenco es uno de los nobles signos que la define con los resultados que todos los aficionados conocen. Los cincuenta años de la Peña El Mirabrás de Fernán Núñez causan respeto y veneración, no solo por la defensa decidida y constante de nuestro arte, sino por saber descubrir los valores jóvenes de esa localidad que han ido surgiendo desde entonces, cuyo fruto más reciente es este joven cantaor, que nos muestra su mejor credencial en su primer trabajo discográfico, una radiografía completa con la que descubrir la dignidad de sus notables capacidades flamencas.

Es infrecuente entrever una ambivalencia tan cabal como la que rezuma esta grabación, en la que los nueve temas que la componen señalan eficazmente la más escrupulosa ortodoxia, pero impulsada con la decidida determinación que distingue a este joven cantaor por hacer de lo viejo nuevo, en el que el respeto por la tradición queda impregnado por su siempre honestidad flamenca, muy sólida en este homenaje al pasado desde su propia novedosa perspectiva, expuesta en función de los nuevos tiempos. Un fiel tributo a sus fuentes de inspiración en el que palpitan temblando las voces de Antonio Chacón, Manuel Torre, Pastora Pavón, Juanito Varea, Caracol, Morente, Antonio Mairena, Fosforito, Camarón, El Torta, Gabriel Moreno, El Lebrijano, El Carbonerillo, la Perla de Cádiz, etcétera, legendarios referentes donde ha bebido el cantaor de Fernán Núñez para que su voz jonda, que hace tiempo que viene curtiéndose en los más importantes escenarios, quede bien definida en este trabajo, producido y dirigido por Manuel de la Luz, que, a su vez, le da la adecuada cobertura guitarrística.

Entre otros distintivos que jalonan su trayectoria, Miranda tiene el honor de formar parte de la guardia pretoriana del guitarrista Paco Peña, y cantarle a la bailaora Yolanda Osuna, con la que forma un tándem brillante y flamenquísimo, como se ha tenido ocasión de valorar en numerosas ocasiones.