El Museo de Bellas Artes ha recuperado para su exposición el lienzo Dalila cortando el pelo a Sansón, durante muchos años anónimo y finalmente atribuido al pintor genovés Luziano Borzone (1590-1645), tras un importante y complejo proceso de restauración, que ha sido realizado gratuitamente por el taller Icono de Madrid dentro de su labor de mecenazgo y supone una obra decisiva para seguir profundizando en la actividad del artista en relación a España y Portugal. Según señaló el delegado territorial de Cultura, Francisco Alcalde, esta obra y otras tres relacionadas con Antonio del Castillo y la escuela barroca cordobesa se depositaron en este museo en 1926 por gestiones de Enrique Romero de Torres para ser restauradas y exhibidas. El compromiso se cumplió entonces, pero «solo a medias».

Dalila cortando el pelo a Sansón, propiedad de la parroquia de San Francisco, representa el episodio bíblico que le da título y se depositó como obra anónima, hasta que estudios realizados por los técnicos del Museo de Bellas Artes lo atribuyeron a Borzone, un significativo pintor genovés de la primera mitad del siglo XVII que regentó un importante taller familiar, exportador de pintura a toda Europa, pero especialmente a España, continuó Alcalde. Algunas obras de su taller, como las de otros artistas italianos del momento, entraron a España, especialmente durante el reinado de Felipe III, siendo valoradas por la nobleza española más cosmopolita, tal vez por su importante carga de exotismo, explicó el delegado.

En este proceso de recuperación del lienzo fue decisiva la visita realizada en el 2010 a Savona por el director del Museo, José María Palencia, así como la colaboración del museo con el taller Icono, de Madrid, continuó el delegado, que explicó que se trata de la segunda pintura de Borzone en España de la que se tenían noticias y datos técnicos. Por su parte, el restaurador de Icono Rafael Romero señaló que «existen muy pocas obras de Borzone en España», por lo que esta restauración «aporta nuevos datos sobre este artista y la pintura genovesa de este periodo». En cuanto a la restauración del cuadro, señaló que su limpieza ha revelado que es «una obra bien conservada y las capas pictóricas no han sufrido grandes desgastes y barridos, manteniendo el color en buen estado».