"Escribir es una pasión y leer, otra, y cuando se mezclan esos dos sentimientos, obligatoriamente sale una novela que respira pasión". Así comenzó la charla que ayer mantuvieron en el Centro Cultural Cajasol de Córdoba los escritores Máxim Huerta y Begoña Aranguren en torno a la novela y las pasiones, algo que depende de "la actitud del que escribe y del que lee", según señalo Huertas, que valoró muy positivamente este tipo de encuentros.

En cuanto a los ingredientes que necesita una novela pasional, el autor destacó "la sensibilidad y el tempo, como en el amor diario". "Al final el lector y el escritor tienen que hacer el amor, encontrar un punto de quererse, y creo que el ingrediente fundamental es que consigas enamorar al lector", entendiendo que "todo tiene amor y todas las novelas contienen amor".

También para Aranguren el amor es vital a la hora de escribir, utilizando una frase de Antonio Gala para definir ese sentimiento: "El amor es una amistad absolutamente inquebrantable, sólida, y con ratos de erotismo", expresando también su "pasión" por el proceso de documentación previo a escribir una novela.