El bailaor cordobés Joaquín Cortés regresa este verano a Portugal tras cinco años de ausencia con su espectáculo Esencia, que protagoniza el cartel de la próxima edición del festival ecológico Cascais Groove.

Cortés (Córdoba, 1969) es el principal invitado a este evento, que el año pasado vivió su primera edición en la lusa Cascais, a unos 30 kilómetros de Lisboa, con 3.000 personas, cifra que este año se estima superará los 10.000 asistentes.

El bailaor, que acudió a esta ciudad portuguesa para la presentación del certamen, aseguró en una rueda de prensa sentirse "encantado" por la invitación a este evento, al que traerá Esencia, una producción "grande", integrada por unas 30 personas.

"Esencia está basado en la fusión de estilos", explicó Cortés, que destacó la presencia de bailarines expertos en diferentes tipos de danza, 17 músicos en directo e instrumentos tan variados como la batería, el bajo, la percusión o chelos y violines.

Poco más quiso adelantar el bailaor sobre el espectáculo, que "aún se está creando" y que antes de llegar a Portugal pasará por Barcelona y Madrid, aunque la visita a Cascais es especial, apuntó Cortés, porque supondrá su "regreso" al país tras cinco años de ausencia.

Junto al español, destacan en el cartel el duo estadounidense Thievery Corporation, formado por Rob Garza y Eric Hilton, expertos en la fusión de estilos como reggae, jazz o bosanova.

El Cascais Groove, que se define como un festival ecológico, aúna música, gastronomía -el año pasado sólo orgánica, para este la oferta será ampliada-, ambiente y otras formas de entretenimiento en una programación dual: de día dedicada a las familias y por la noche centrada en los conciertos.

Programado del 23 al 25 de junio en el parque Marechal Carmona, cuenta con un apoyo económico por parte del Ayuntamiento de Cascais que ronda los 300.000 euros, dijo a la prensa el vicepresidente del consistorio, Miguel Pinto Luz.

Pinto Luz explicó que el ayuntamiento "pretende ofrecer a los diferentes públicos propuestas diferentes", tales como la música clásica, contemporánea o incluso artes plásticas, y dentro de esa "política ecléctica" se enmarca el Groove, que atrae a un "nicho" de público diferente.