La directora del Museo Arqueológico, Dolores Baena, ofreció ayer una conferencia en la que relató la historia de este museo, que celebra en el 2017 su 150 aniversario, efeméride que también centrará todo el programa de actividades del año. A largo de su charla, Baena se centró en mostrar cómo el museo ha ido creciendo a lo largo de este tiempo, no solo en piezas, sino también en repercusión dentro de la propia ciudad y en el exterior, además de relatar cómo se ha ido adaptando a cada una de las épocas que ha vivido y su directa relación con la arqueolgía cordobesa. La directora del museo se remontó a 1866, cuando se presentó la propuesta de creación de un Museo Arqueológico en Córdoba a la Comisión Provincial de Monumentos por el Conservador del Museo de Antigüedades e Inspector de Antigüedades, Luis Maraver y Alfaro, comisión que decidió dirigirse a personas de diferentes poblaciones de la provincia para que enviaran piezas arqueológicas que tuvieran o pudieran comprar de cara a incrementar las colecciones del futuro museo.

La creación de este museo está también «en relación directa con el gran hallazgo de piezas íberas y romanas, procedentes de Fuente Tójar y Almedinilla, lo que va a representar un papel imprescindible», señaló Baena. Desde entonces, este centro cuenta con una especial trayectoria museológica, de relación con la ciudad y sus instituciones más importantes, y por el hecho de haber estado en sus 150 años de historia ligado a la actividad y a la investigación arqueológica, destacó la directora.

Por otra parte, y desde un principio, el devenir de esta institución también ha estado condicionado por un constante crecimiento de sus colecciones y la persistente demanda de un espacio físico o edificio adecuado como sede, según señaló Baena, que aseguró que la crónica de este museo discurre en el especial esfuerzo de hallar un edificio apropiado para su desarrollo, con interesantes propuestas museológicas y museográficas a lo largo del siglo XX y en el XXI.

Hasta 1920 no contó con una sede propia, la que ahora es sede de Casa Árabe y, posteriormente, fue el palacio renacentista de los Páez de Castillejo. Esas características y factores condicionantes continúan hoy día con el Proyecto de Ampliación y Reforma de la institución, según señaló Baena a lo largo de su intervención.