El actor baenense Antonio Reyes hace de padre de la protagonista del musical Dirty dancing, que estará en el Gran Teatro de Córdoba entre el 4 y el 8 de octubre. Reyes acumula una larga trayectoria de participaciones en series de televisión como Pulsaciones, La embajada, El ministerio del tiempo, Amar es para siempre o Gran Hotel, entre otras. En octubre se estrena la película Red de libertad, en la que hará de general nazi.

-¿Por qué recomienda ver ‘Dirty dancing’?

-Primero porque es un clásico del cine hecho teatro, porque les va a transportar a nuestra adolescencia, por la música, por los bailes, por ese final totalmente mítico y reconocido por todos, y porque hay un reparto fabuloso en el que afortunadamente me encuentro. Van a encontrar, sobre todo, emociones, las que ocurren dentro del escenario con los personajes, cantantes y bailarines, y las que van a pasar por su cabeza recordando aquellas escenas y frases míticas, que van a reconocer y arrancar aplausos al instante, como la conocida «No permitiré que nadie te arrincone».

-¿Por qué cree que se lo van a pasar bien?

-Tendrán que ir a verlo para comprobarlo. Yo solo digo que casi todo el mundo está de pie y bailando al terminar la función. Dirty dancing es un referente del cine de los 80 y sabíamos que la gente tenía muchas ganas de verlo en vivo y en directo. Le hemos puesto mucho cariño, porque sabíamos lo importante que es esta historia para muchas chicas y chicos de aquella época.

-Le toca hacer de ‘malo’ en el musical, como padre que quiere mantener las diferencias sociales y proteger a su hija al máximo.

-La figura paterna no es mala, ser padre no es fácil, y los choques generacionales existían entonces y existen ahora. El doctor Houseman quiere lo mejor para su familia, intenta hacerlo lo mejor que puede, pero las hijas ya no son niñas. Hay que aceptar que se hacen mayores y seguir apoyándolas en las nuevas decisiones que afrontan como mujeres.

-¿Cómo le llegó la oportunidad de participar en el musical?

-En un casting abierto que vi por internet en el que buscaban un actor de mi perfil, me presenté a la prueba, y después de dos casting más, me confirmaron que iba a ser el padre de Baby.

-¿Tenía experiencia anterior?

-Hace muchos años, al terminar los estudios de Arte Dramático, estuve en una compañía con varios musicales infantiles, pero es muy distinto a Dirty dancing, ya que es una gran producción y con una gira por delante con la que vamos a recorrer España.

-¿Qué ha sido lo más difícil?

-Dejar a mi perro algunas semanas cuando he tenido que irme con la gira (ríe). Cuando te gusta tu trabajo, todo son retos, somos muchos en escena, coordinarnos, cambiar a diferentes espacios, lo fantástico de todo es que al final todo se soluciona. Todo sale gracias al gran equipo del musical.

-¿Qué es lo que más le gusta?

-Los bailes, la música, los personajes, el final. Recuerdo que cuando hice el casting, me preguntaban si conocía la película, y les decía que la había visto mil veces. Y terminé la entrevista con un rotundo: «Yo quiero ser ser el padre de Baby».