El periodista y sacerdote Antonio Gil reunió ayer a periodistas y amigos de todos los ámbitos en una comida en el Círculo de la Amistad para presentar su último libro, Meditaciones para periodistas y poetas, con el que se suma a la celebración del 75 aniversario de Diario CÓRDOBA, un periódico al que «he vinculado mi vocación periodística», como redactor y subdirector, y que «ha sido para mí, en buena parte, como mi segunda casa, escenario de momentos inolvidables, de vivencias y experiencias grabadas para siempre en la piel del alma», como expresa en la propia obra. El libro completa una trilogía literaria, tras las anteriores, Meditaciones en el AVE y Meditaciones para buscadores de Dios.

Gil quiso presentar este libro, editado por Almuzara, con un «nuevo formato», alejándose del acto tradicional para ofrecer un encuentro entrañable entre informadores y amigos para hablar de esta obra dedicada a la «importancia de la comunicación en el mundo de hoy». Asistieron el presidente de la Editorial Almuzara, Manuel Pimentel, y el director de la misma, Antonio Cuesta; por el Diario CÓRDOBA, su director, Francisco Luis Córdoba, y Antonio Galán, Rosa Luque y María Olmo; relacionados también con el periodismo y la Asociación de la Prensa, Manuel Fernandez y Francisco Solano Márquez; autoridades como Juan José Primo Jurado, subdelegado del Gobierno en Córdoba, y el coronel Nicolás de Bari Millán, subdelegado de Defensa; por la Real Academia, su director, Jose Cosano; por el Cabildo Catedral, Manuel Pérez Moya y Fernando Cruz-Conde, y sus amigos Paco Medina y Carmen Sánchez.

Antonio Gil se refirió a la misión de los periodistas «que han de ofrecer el mundo de las noticias con rigor y con honestidad para construir una sociedad mejor, más desarrollada y más libre». Señaló que los periodistas y los poetas tienen una gran misión en la sociedad de hoy: «Junto a la difusión de las noticias, contándonos lo que ocurre, hay que ofrecer también un análisis de la realidad, buscando las causas y ofreciendo las soluciones». Pimentel puso de relieve «el alma mística» del autor, compaginando el periodismo y la poesía. Por su parte, Juan José Primo Jurado alabó de Gil el haber hecho de su condición de sacerdote y periodista «el santo y seña de su vida y obra», mientras que Francisco Luis Córdoba destacó la «redondez» que marca el estilo de un periodista que «nos presenta la realidad con destellos positivos».