El escritor Antonio Gala despidió ayer muy emocionadamente a la duodécima promoción de alumnos de la fundación para jóvenes creadores que lleva su nombre, a la que calificó de "especial en todos los sentidos" y que dijo adiós al antiguo convento del Corpus Christi, donde han trabajado todo el curso, de la misma manera que hizo al llegar, con un acto lleno de teatralidad y jovialidad que los mismos alumnos condujeron a modo de entrega de premios.

Así, a través de la Gala de los Gala , todos y cada uno de los residentes recibieron un título por parte del resto de sus compañeros, para acabar entregando a Antonio Gala el galardón "a la mayor labor de mecenazgo", junto a un bastón de caramelo, que, aunque no sirvió al escritor "para apoyarse", sí le inspiró un discurso en el que pidió a los jóvenes artistas que no olvidaran "lo que habéis pretendido ser aquí", alentándoles a seguir con sus sueños y propósitos.

"Formamos parte de un mismo árbol", continuó Gala, que también pidió a los alumnos que cuando "os sintáis solos, recordad vuestra estancia en esta casa", ya que "mi esperanza tan ciega en vuestra vida es, de alguna manera, la única que me queda". "Este será siempre vuestro hogar", continuó Gala, que pidió a los jóvenes artistas que le recuerden siempre porque "sois la única manera que tengo de quedarme", además de "la razón de existir de la fundación, y también la mía". Antes de inaugurar la exposición de los trabajos que han realizado los alumnos de artes plásticas, Gala se despidió pidiendo a los residentes que guarden "este tiempo en lo más profundo de vuestro corazón".