NACE EN MALAGA (1960).

TRAYECTORIA ACTOR, DIRECTOR, PRODUCTOR, CANTANTE Y EMPRESARIO, ES DE LOS ESCASOS ESPAÑOLES QUE HAN TRIUNFADO EN HOLLYWOOD.

Antonio Banderas vive tiempos de mudanza. A los cambios personales --tiene nueva pareja sentimental y ahora se deja ver más por España-- se unen los profesionales. Aviso a navegantes: al actor que formó parte de incontables producciones de cine de palomitas, puede que en el futuro le veamos menos en esos perfiles y más en las salas que saben apreciar el cine de autor. Confirma esa nueva etapa la película que estrenó el pasado viernes, Autómata , un thriller de ciencia ficción con ecos de wéstern futurista dirigido por Gabe Ibáñez, con el propio Banderas en la producción, que reflexiona sobre el devenir de las relaciones entre los humanos y los robots.

--¿Cómo le llegó esta historia?

--Un día, en maquillaje de La piel que habito , Elena Anaya llegó con el guión y me dijo: "Antoñito, tienes que leerte esto". Me sorprendió que venía con unos gráficos acojonantes que describían perfectamente la historia y los personajes. Cuando lo leí, llamé de inmediato a Gabe Ibáñez y le dije: "Me has metido en un problema, porque me gusta mucho tu historia y ahora tengo que ponerla en pie".

--¿Qué le atrajo de ella?

--Que la propuesta remitía a la ciencia ficción literaria, la de Wells y Asimov, y no a la cinematográfica. Me gusta la ciencia ficción que hace pensar, la que habla del futuro para explicar el presente. Me atrajo que la historia no se perdía en fuegos de artificio.

--Dice usted que esta película explica nuestro presente.

--¿Lo duda? Autómata plantea un futuro marcado por una gran pérdida de valores, donde se mata a las personas como si fueran perros y la vida humana no cuenta. Los muros que aparecen en la película separando los núcleos habitables del resto desértico existen ya en este mundo lleno de clases sociales.

--No suena muy alentador.

--Yo soy un optimista patológico y estoy convencido de que hallaremos la solución a nuestros problemas, pero solo hace falta poner el Telediario para darse cuenta de que nos dirigimos a ese escenario apocalíptico que describe la película.

--¿Acabaremos siendo superados por los robots?

--Ese momento llegará, la cuestión es cómo. Los robots de la película responden a un protocolo que les obliga a proteger la vida humana, pero los cacharritos que estamos inventando hoy no siguen esa regla, y algún día pueden ser muy peligrosos. No me preocupa la tecnología, sino la pérdida de valores.

--En la película, los robots no son efectos digitales, sino artefactos reales. ¿Cómo se trabaja con maniquís?

--Mejor que con fantasías digitales. La única dificultad era que siempre había dos marionetistas detrás de los robots para moverlos, pero al menos interactuaba con realidades, no como me sucede en la película de Bob Esponja , donde yo soy el único actor de carne y hueso, el resto son marcas. Aquí se genera más empatía.

--Aparte de interpretar, ahora corre con parte del presupuesto. ¿Qué debe tener una historia para animarse a apostar de esta manera?

--No pienso en el negocio, sino en que la historia me excite. Aquí me ocurrió eso. En el pasado hice películas que tenían presupuestos muy superiores, pero que eran auténticas castañas. La gente se las bebió como si fueran Coca-cola. Esto es diferente. Aquí hemos hecho un vino fuerte, con sabor. No es para todo el mundo. Es solo para los que entienden de vino.

--Algunas críticas no han sido demasiado favorables.

--Tengo la absoluta seguridad de que esta película pertenece a esa categoría de títulos que mejoran con el tiempo. Como el buen vino, Autómata ganará en la bodega. Dentro de 10 o 15 años será más valorada de lo que pueda serlo ahora. Hablo de España, porque en EEUU se estrenó en el festival de cine fantástico de Austin, que es el mejor de este género, y fue aclamada. Yo quiero hacer más cine de este tipo. Y lo voy a hacer.

--¿A qué se refiere?

--Me siento mucho más identificado con historias que puedo controlar y que tienen más que ver con mi forma de entender la vida y el arte que con otras películas que hice en el pasado. --¿Hablamos de cine de autor?

--Hablamos de producciones de bajo presupuesto. En ellas siento más libertad creativa, porque desaparece la parte industrial. --¿Imagina el futuro actuando, escribiendo, dirigiendo...?

--He dirigido dos películas, pero basadas en novelas de otros autores. El nuevo paso es escribir una historia que parta de mí, que responda a una reflexión mía, y a continuación llevarla al cine.