Drama, con importantes dosis de suspense; filme de atmósferas inquietante y perturbador escrito y dirigido con maestría por J. C. Chandor, el mismo que nos deslumbrara con Margin Call , su debut en la dirección, uno de los mejores retratos cinematográficos en forma de ficción de lo ocurrido hace unos años en Wall Street y que provocó lo que desde entonces denominamos crisis económica hasta hoy y quién sabe hasta cuándo. Ahora en éste, su tercer largometraje, después de Cuando todo está perdido , pone en pie una historia situada en el Nueva York más brutal y salvaje, el de 1981, centrando el relato en las aventuras y, sobre todo, desventuras de un empresario que ve cómo la competencia trata de hundirle con técnicas propias de capos mafiosos, cuando intenta noblemente mantener a su familia y acometer una inversión para la que necesita una liquidez económica que no posee, tendrá que decidirse entre seguir adelante afrontando las adversidades sin salirse de la legalidad o traicionarse a sí mismo, haciendo caso a su familia política y a todo un entorno de presión insoportable. Todo está perfectamente ambientado y construido en función de la fábula puesta en imagen, incluidos los trabajos interpretativos de sus protagonistas. Oscar Isaac, actor y cantante de origen guatemalteco, residente en Miami, que muchos recordarán por su Orestes en Agora a las órdenes de Alejandro Amenábar, también dio buenas muestras de sus capacidades musicales e interpretativas en A propósito de Llewin Davis bajo la dirección de los hermanos Coen, ahora da una verdadera lección de contención -aunque sus detractores le acusan de imitar demasiado a Pacino- y consigue atraparnos de principio a fin de las dos horas de metraje, dando vida a este hombre que intenta no dejar de ser honesto en un mundo de lobos y tiburones, pese a la tentación que siempre supone optar por caminos más fáciles al margen de la ley. A su lado, Jessica Chastain, la mejor actriz de su generación, compone un nuevo personaje para su colección: una rubia tan bella como inquietante, un peligro.