El escritor Andrés Neuman, que nació y pasó su infancia en Buenos Aires aunque acabó residiendo en Granada, presentó ayer en Córdoba su novela más autobiográfica, Una vez Argentina (Alfaguara), en la que narra la historia del siglo XX en aquel país a través de una saga familiar "y al revés --matiza--, la historia de una familia, la mía, a través de acontecimientos que marcaron la historia del país".

Se trata, en definitiva, de una investigación sobre sus ancestros, cuyas vidas recrea literariamente entre episodios oscuros y otros francamente divertidos. Y es también "un pequeño experimento de autoficción porque toda la novela está narrada en primera persona pero muchas de las cosas que cuenta el personaje son anteriores a mi nacimiento", explicaba el autor a este periódico ayer antes del acto en la Delegación de Cultura, presidido por la titular del departamento, Manuela Gómez.

Con la novela de Andrés Neuman, que fue presentado por Elena Medel, se reanudaba el ciclo Letras Capitales, que desarrolla el Centro Andaluz de las Letras con objeto de acercar la creación actual a los lectores.

Una vez Argentina tuvo una primera edición hace once años, pero el libro estaba agotado y ahora Neuman ha volcado en la narración los frutos de posteriores investigaciones que han enriquecido este relato de la construcción de un país, una infancia argentina y una iniciación al oficio de escritor. "Trato de transmitir metafóricamente hasta qué punto nuestra memoria está influida por la de los otros --afirma-- y hasta qué punto recordar es un trabajo en equipo. El recuerdo y el olvido son tareas colectivas".

Entre la primera versión que editara Anagrama en el 2003 y la que anoche presentó en Córdoba, el lector puede hallar nuevos descubrimientos familiares, descritos en un tono que combina el humor con la elegía, y naturalmente la propia evolución del personaje/autor. "No se trataba de reinventarme sino de ese sutil cambio de punto de vista que el tiempo va operando en todos nosotros --explica el escritor--. Con los años uno pierde pelo pero gana en capacidad de sospechar y preguntar, gana mala leche".