Ni James Bond ni Jason Bourne, el espía del siglo XXI se llama Anacleto y es un agente secreto muy español y en horas bajas que salta del papel a la gran pantalla treinta años después de ser creado por Manuel Vázquez para darle el relevo profesional a su hijo Adolfo. "En realidad, es una película de padre e hijo, dos desconocidos que poco a poco van descubriendo sus secretos y aprenden a quererse", explica el director Javier Ruiz Caldera en una entrevista, con motivo del estreno de la cinta el próximo viernes. Anacleto: Agente secreto es una comedia de acción en clave de humor basada en el famoso cómic de Ediciones Bruguera, que ha sido traída al siglo XXI por Ruiz Caldera, pero respetando cosas que los fans del cómic identificarán del original, como su esmoquin, su cigarrillo, su archienemigo Vázquez o su gran miedo a los desiertos.

Interpretado por un Imanol Arias de cabellera blanca, Anacleto es un espía de sesenta años que no ha sabido explicar a su hijo, Adolfo (Quim Gutiérrez), quién era realmente y que solo el peligro inminente que provoca Vázquez (Carlos Areces) hace que se sincere. Y esa es, para Arias, "la gran reflexión que recibe Anacleto y el gran legado que recibe su hijo", quien descubre al final que el padre que creía que no se ocupaba de él se ha pasado la vida preparándole para que nadie le haga daño.

Después de "quince años siendo el padre de España" por su papel de Antonio Alcántara en la serie de TVE Cuéntame cómo pasó , ser padre no supone ninguna novedad para el actor, pero sí es diferente el humor que traza la película, muy distinto al humor costumbrista al que está habituado en la televisión.

"Hacía mucho tiempo que no tenía que repetir tanto una frase de humor", asegura el veterano actor, que reconoce que nunca se sintió muy seguro: "Sufría haciendo humor y, cuanto más sufría, mejor me salía", añade. "Ya que es mi padre en la película me gustaría heredar algo de él", bromea el actor Quim Gutiérrez sobre la admiración que siente por Arias. El actor catalán da vida a Adolfo, un treinteañero que trabaja de guardia de seguridad y está pasando una mala racha: le deja su novia (Alexandra Jiménez) y se convierte en el objetivo de unos matones liderados por Vázquez. El actor que encarna a Adolfo en su juventud es Daniel Zapata, hijo en la vida real de Imanol Arias, que, con catorce años, debuta como actor en la película por el parecido físico que tiene con Quim Gutiérrez.