Una voz potente y un espíritu demasiado frágil, sensibilidad desmedida a la hora de componer pero también cuando se cruzaba con alguien tóxico para su salud, una corte de aduladores que solo pretendían sacar el máximo jugo del negocio (incluido su padre que fue capaz de suspender la rehabilitación para no cancelar una gira). Eso y mucho más podemos ver en el documental sobre este mito de la canción popular, sucesora de grandes voces de la historia del jazz y el blues, caída joven en el campo de batalla, después de no afrontar con demasiado éxito la fama temprana, las caídas en el alcohol y todo tipo de drogas que le servían en bandeja de plata sus amores desmedidos. Pero, desde luego, hay una Amy íntima a la que podemos acceder, gracias al trabajo de investigación y montaje que ha realizado Asif Kadpadia (realizador que ya filmó Senna, sobre el corredor de fórmula uno y sus pugnas con su máximo adversario), quizás ello sea lo más valorable de esta producción, pues posee interesantes pasajes donde uno puede observarla interpretando a la guitarra, componiendo, o recibiendo la noticia de un premio en la voz de su ídolo Tony Bennett y ver su reacción en la lejanía. No solo se trata de un documental que puede ser de interés para los seguidores de esta estrella, que no son pocos, sino también puede suponer todo un descubrimiento para aquellos que no conocían el poder de su voz y el origen de sus debilidades, aunque pueda parecer que haya cierta sobrecarga de culpabilidad en esa prensa que busca el escándalo a la hora de vender su producto gracias a desgracias ajenas (algo demasiado de moda que pone en tela de juicio también este filme).

Y hay que avisar que el documental no se hace pesado en absoluto, mantiene la atención y el interés del espectador en todo momento.