La ópera Tosca , de Giacomo Puccini, vuelve este fin semana a las tablas del Gran Teatro 21 años después de su última representación en este coliseo. Amores, intrigas, venganzas, acoso sexual y cuatro muertes se suceden en poco más de dos horas, en una producción que su director escénico, Mario Pontiggia, calificó como la antesala del culebrón . Gran parte del elenco presentó ayer este montaje en Córdoba, donde cuenta con la intervención de la Orquesta de Córdoba, bajo la dirección de Lorenzo Ramos, el Coro de Opera y la Escolanía de Cajasur, esta última una de las novedades que presenta el montaje y que concitó alabanzas por parte de todos. Técnicamente "muy compleja" y con una dramaturgia que está tan de actualidad como en el año en el que se estrenó, 1900, Puccini sitúa la acción en Roma, a mediados de 1800, y narra la historia de amor entre un pintor y una soprano, todo ello con un importante trasfondo político.

Pontiggia alabó la profesionalidad y la colaboración de todos los que intervienen en este espectáculo, que, además de tener un "gran reparto", pone "en valor" voces locales como las de los cantantes Pablo López y Domingo Ramos. En cuanto a la producción, el director la calificó de "sumamente simple", salvo que "había nacido para un teatro mucho más profundo", por lo que ha habido que hacer "encaje de bolillos" en busca de la profundidad necesaria. Una caja de espejos, un suelo brillante y negro y una serie de proyecciones son el escenario donde se recrean los sucesos del 17 de junio de 1800, día en que llega a Roma la noticia de la batalla de Marengo, donde triunfan las tropas de Napoleón frente a Austria. "El argumento en la época fue considerado sumamente violento", continuó Pontiggia, que consideró que la importancia de Tosca radica en que es "una comedia negra y que en el 2015 tiene el mismo interés que en 1900". "Podríamos hacer Tosca en jeans y funcionaria igual", continuó el director, que no ha querido cambiar el texto y resalta que "el nudo de la cuestión es que la política y el arte no se entienden". En este sentido, aseguró que "cuando escribe esta opera, Puccini se plantea esto, porque el tema sexual y erótico está en muchas otras de sus operas". Entre las peculiaridades de esta producción, también destacó que es la primera ópera donde una soprano hace de soprano. "Tosca es una cantante", subraya Pontiggia, que aseguró que hay una serie de componentes que hacen que Tosca sea una ópera "muy interesante" y, además, "muy difícil de hacer porque todo tiene que pasar como en una película", resaltando la naturalidad con la que actúan los intérpretes, que son excelentes".

Uno de ellos, el malagueño Carlos Alvarez, que se pone en la piel de Scarpia, regresa al Gran Teatro después de algún tiempo con una oferta que "no podía rechazar". "Son muchos los recuerdos que me permiten tener un vínculo emotivo con este teatro", señaló el cantante. Por su parte, Norma Fantinni, gran conocedora del personaje de Tosca, se sintió "muy feliz" de actuar en Córdoba por primera vez. "Me quedaría a vivir aquí", dijo tras resaltar el trabajo de Pontiggia.