El realizador alemán de origen turco Fatih Akin llevó ayer el terrorismo al Festival de Cannes con In the fade, una película muy bien recibida, en la que muestra, a través de la historia de una mujer, la «guerra globalizada» en la que vivimos. «Mis filmes reflejan lo que pasa en el mundo y estamos rodeados de guerra», afirmó en rueda de prensa Akin, que consideró que, como cineasta, tiene que «expresarlo y compartirlo». Por eso en In the fade el punto de partida es un atentado terrorista cometido por neonazis en un barrio turco de la ciudad alemana de Hamburgo, en el que mueren el marido y el hijo de Katja, a la que interpreta de forma brillante Diane Kruger.

Aunque en realidad la película es sobre la familia, sobre la reacción de esta mujer alemana ante la muerte de su marido e hijo por motivos racistas y el desamparo en que se encuentra frente a una justicia que no trata por igual a todos los ciudadanos. Una historia que Akin empezó a escribir para contar las acciones del grupúsculo Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), una célula integrada por tres neonazis que durante diez años asesinaron impunemente a nueve inmigrantes y una policía en Alemania.

«Durante diez años, la policía, la sociedad y la prensa creyeron que los asesinos eran mafiosos turcos, así que en realidad las víctimas fueron asesinadas dos veces», señaló el director. La rabia por esta situación le llevó a escribir -«pensé en las víctimas, yo podría haber sido una de ellas», resaltó-. Ya se habían producido atentados como el de la sala Bataclán (París), el de Niza o el de Estambul. «Ahora ha sido el de Manchester (...) es una guerra en todo el mundo», dijo Akin. Pero una vez que empezó a desarrollar el guión, la historia fue girando hacia la familia, hacia los sentimientos de la protagonista, y la venganza dejó entonces de tener tanta importancia.