LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO: VILLANUEVA DEL DUQUE, 1957.

TRAYECTORIA: HA ESCRITO DIVERSOS POEMARIOS COMO 'CODICE DE LA MELANCOLIA', 'LOS PAJAROS DEL FRIO', 'EL VUELO DE LA BRUMA' Y 'LA TUMBA DEL ARCO IRIS' Y NOVELAS COMO 'EL LIBRO DE LAS AGUAS' O 'LOS OJOS DE NATALIE WOOD'.

El escritor cordobés Alejandro López Andrada acaba de publicar una nueva novela, Los álamos de Cristo (Trifaldi, 2014), en la que este autor de Los Pedroches ofrece una nueva visión de la posguerra a través de un cura de pueblo.

--Su última novela, 'Los álamos de Cristo', se sustenta en una larga entrevista en la que el párroco de su pueblo, Francisco Vigara, cuenta su vida. ¿Por qué eligió esta modalidad de escritura cuando hay otras que pueden resultar más atractivas y manejables?

-- Pensé que sustentando el eje de la novela en una entrevista, de la cual van partiendo distintos relatos, el libro tendría un carácter más ágil y moderno, al mismo tiempo que este tipo de escritura daba a la historia narrada una mayor veracidad.

--¿Por qué ha escrito este libro? ¿Cuál era su objetivo al narrar la vida de un cura de pueblo durante la posguerra?

-- Quería contar la posguerra desde una perspectiva inédita: la de la visión de un cura sencillo y anónimo que intenta transformar la vida cotidiana de un pueblo, el mío, predicando el evangelio y ayudando al prójimo. También escribí este libro porque me duele que en este país aún se siga criticando la labor de los curas, cuando hay sacerdotes que hicieron y hacen una extraordinaria labor social y espiritual.

--¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en 'Los álamos de Cristo'?

-- La historia narrada se ciñe a la realidad, sobre todo en lo que concierne a la vida del cura; pero, por otro lado, también hay en el libro relatos paralelos revestidos levemente de un punto de ficción.

--Al leer su novela, cabría pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. ¿Usted lo cree así?

-- No del todo: antes había mucha desigualdad; pero ¿es que hoy no la hay? Sin duda, hemos progresado mucho materialmente, pero espiritualmente hoy la sociedad está más embrutecida que nunca y no están de moda conceptos como solidaridad, igualdad, ternura, fidelidad y perdón, palabras que contribuyen a construir un mundo más humano y feliz.

--En este libro se muestra como ferviente católico en una época de descreimiento general. ¿No cree que esta confesión pueda repercutir en sus lectores?

-- Creo que mis lectores, los verdaderos, saben bien cómo soy y cómo pienso. Por otra parte, en tiempos de crisis social y ética, creo que es más necesario que nunca reivindicar la figura de Cristo, no solamente como Dios, sino como un modelo de hombre al que imitar. Además, no me avergüenza decir que soy cristiano y católico. Mi vida no tiene sentido sin mi fe en un más allá.

--La posguerra ha centrado algunas de sus obras. ¿Cree que la sociedad española ha superado ya su tradicional división o, mejor aún, hemos aprendido a respetarnos unos a otros?

-- Pienso que en nuestra sociedad siguen existiendo las dos Españas de las que ya habló Machado. Aún no hemos aprendido a respetarnos. Y es una verdadera pena que sea así.

--Su estilo se ha aligerado mucho con respecto a obras anteriores, lo cual a mi juicio es un acierto, pero conserva algunas metáforas e imágenes preciosas. Por ejemplo: "La memoria es, a veces, una caja de cartón abandonada en la esquina de una plaza, y la lluvia del tiempo la va deshaciendo lentamente..." ¿Qué se siente más, poeta o novelista? ¿Quizá escribe más novela para no repetirse poéticamente?

-- Me siento mucho más cómodo en la poesía que en la novela; sobre todo porque aprendí a leer en verso antes que en prosa. A mis ocho años, en la escuela, tuve la suerte de leer en un libro de poesía para niños a poetas como Antonio Machado, Lorca y Juan Ramón. Si escribo novela es porque hay argumentos que no pueden ser expresados a través de un cauce poético.

--¿Qué está escribiendo actualmente?

-- Después de terminar un libro de poemas que verá la luz el próximo otoño, ando sumergido en la escritura de una novela difícil, de honda crítica social. Por otro lado, he comenzado, por encargo de una editorial de Letonia, un nuevo poemario cuyo título es Los cielos del Báltico y habla de la honda impresión que los países bálticos me han dejado tras una reciente visita a aquella región.