Emblema de la vida cultural de Madrid y símbolo de la lucha por la libertad y la democracia en España, le llaman el Johnny , es casi un cincuentón y está enfermo, puede que incluso herido de muerte, aunque ya ha sobrevivido a otros achaques severos. El Johnny es todo eso, sin dejar de ser lo que es desde 1966, un colegio mayor, el San Juan Evangelista, y sobre él se cierne la sombra del cierre, porque si nadie lo remedia, puede bajar definitivamente el telón en los próximos días.

El San Juan Evangelista está adscrito a la Universidad Complutense, pero, a través de una concesión, está gestionado por la Obra Social de Unicaja, que devolverá la gestión del colegio a la universidad el 29 de julio, el próximo martes, confirmaron desde la entidad bancaria. Las mismas fuentes han añadido que no ha sido posible renovar la concesión en las mismas condiciones, por lo que comunicaron formalmente a la Universidad que dejarán las instalaciones en buenas condiciones y tras haber llegado a acuerdos individuales con los trabajadores, que incluyen recolocaciones e indemnizaciones.

Sin embargo, la Complutense ha indicado que oficialmente ellos están a la espera de recibir la notificación sobre el cierre. Quienes tampoco saben nada oficialmente son los alrededor de 180 colegiales que han vivido en el Johnny durante el curso 2013-2014 y que ignoran qué va a pasar en septiembre, cuando regresen de las vacaciones. Una solución para garantizar la continuidad del colegio podría venir de la Fundación San Juan Evangelista, creada para preservar e impulsar los valores culturales, formativos y éticos del colegio mayor. El presidente de esta fundación, José Jaoquín Caerols, ha matizado que trabajan en un escenario de reapertura.

Ya en el 2009 Unicaja amagó con cerrar el colegio durante un año para realizar obras, pero colegiales y excolegiales se movilizaron bajo el lema "El Johnny no se cierra" y consiguieron mantener abierto el colegio. La entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sentenció que "sería desastroso para Madrid, para los madrileños, para la universidad española, para la cultura española y, en definitiva, para España que se cerrara el Johnny ".

Desde que en 1970 se fundara el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista, al que el Gobierno concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en el 2011, por su mítico escenario han pasado figuras como Tete Monteliu, Diana Krall, Joaquín Sabina, Raimon, Enrique Morente, Paco de Lucía, Luis Eduarto Aute, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, y Bebo Valdés, entre otras.

Pero de entre todas las actuaciones musicales que ha acogido el Johnny hay dos que son especialmente recordadas: los últimos conciertos antes de fallecer tanto de Chet Baker, en 1988, como de Camarón de la Isla, en 1992.

Quienes tuvieron la fortuna de asistir al concierto del genial cantaor gaditano, que estuvo acompañado al toque por Tomatito, dicen que fue memorable y que, al apagarse las luces en la sala completamente atestada de público había una gran expectación y se escuchaba un fuerte murmullo, hasta que alguien puso silencio: "A ver, señores, que en misa no se habla". Por el Johnny han desfilado también grandes actores y actrices, no en vano a sus tablas se han subido Els Joglars, Esperpento, Tábano, La Cuadra de Sevilla y Els Comediants.

Uno de los ilustres excolegiales del Johnny es Rafael Alvarez, El Brujo , quien cuenta cómo se enganchó al teatro un día que iba a clase de Derecho Administrativo y, al abrir la puerta del salón de actos, se topó con un ensayo de José Carlos Plaza de El Tercer Reich , de Bertold Brecht.