El pasado, el recuerdo y la literatura, ese contraste evidente entre el ayer y el hoy, o los efectos que todo tiempo anterior causa en nosotros, sintetizan de alguna manera esa indagación reflexiva que, sobre nuestra propia experiencia, ensaya Ernesto Calabuig (Madrid, 1966), al tiempo que conforma su mundo y ofrece la perspectiva a los lectores de un nombre nuevo que se asoma al escenario literario con un sólido bagaje de crítico literario y traductor, y para quien, según propia perspectiva, un cuento ha de contar necesariamente una historia. Calabuig explora esos difíciles caminos que conlleva el complejo mundo de los sentimientos y de la memoria que, en ocasiones, pretendemos evitar, nos queman muy dentro y, sin duda, nos llevan a convertirlos en literatura con el transcurso del tiempo. Caminos anfibios (2014) es su segunda colección de cuentos, tras Un mortal sin pirueta (2008), una mirada sobre el misterio de la vida. Al hilo de indagaciones sobre experiencias humanas, referencias al mundo germano y la cultura del cine y series de televisión, o la literatura adolescente y adulta, en los relatos de Caminos anfibios hallamos inequívocas referencias a su labor como crítico, a su familia a lo largo de varias generaciones, a los veranos pasados en la costa levantina, a su juventud en los ochenta, a sus estudios de Filosofía o a las recomendadas lecturas de literatura alemana, Judith Hermann, Hannah Arendt o Clemens Mayer.

Los trece relatos que componen Caminos anfibios son de una extensión variada, y alguno se acerca a la poética del microrrelato, como los dos excelentes ejemplos Mi padre a un lado del camino o Ultima instantánea , aunque Calabuig no abusa de este género, más bien contemporiza y se defiende mucho mejor en la media distancia, o se acerca a un ensayo de novela corta, Nocturno del Ruhr , o Del ahogarse en un vaso de agua , un virtual regreso a los mágicos 80 con un suculento repaso y un no menos curioso final, con un simple suceso que rompe la armonía de ese verano y, sobre todo, el cuento inicial, Caminos anfibios , borda la perfección. Personajes cultos que se mueven por la escena narrativa que el narrador va proponiendo y que, junto a él, realizan una actividad reflexiva que siempre desemboca en la literatura o el mundo literario, un claro proceso de maduración que busca su camino, eso sí precisando en todo momento las etapas de una vida dedicada al proceso de creación literaria. La autobiografía, la visión seudofilosófica y ese inexorable paso del tiempo componen las materias con que el madrileño configura sus historias. El autor de Caminos anfibios tan solo sugiere, apunta, apenas traza, insinúa y nunca juzga, nos deja un camino abierto, un puñado de ideas en el aire, algunos misterios sin resolver o suposiciones para que su lectura nos arranque un suspiro, o nos encoja el corazón, y todo en mitad de ese peligroso deslizamiento hacia la profundísima sima del sentimiento.

'Caminos anfibios'. Autor: Ernesto Calabuig. Edita: Menoscuarto. Palencia, 2014