‘Breve relación de vidas extraordinarias’. Autor: Martín Olmos. Edita: Pepitas de Calabaza. Logroño, 2017.

Martín Olmos (Bilbao, 1966) publicó su primer libro en 2014: Escrito en negro (Una tarde con la canalla), formado por 42 textos sobre casos reales de crímenes y criminales. Su segundo libro, Breve relación de vidas extraordinarias, contiene treinta textos sobre personajes (incluyendo algún animal) y sucesos insólitos. Se trata de biografías breves, repletas de anomalías, excentricidades y maldades. El listado de seres poco comunes (todos son reales) incluye perturbados, asesinos, ladrones, estafadores, religiosos y prostitutas. Entre ellos se encuentra un «tonto polifacético» que «desenterró la momia de una monja jerónima y se la llevó al hombro hasta el domicilio del marqués de Comillas bailándola por el camino». Después, «le dieron condena de muerte en agradecimiento a la performance». Varias personas «pidieron su indulto anexando su buen antecedente y su notoria subnormalidad, pero le fusilaron sin remedio». También hay un capellán castrense que «obligó a cuatro hombres y a una mujer a cavar sus propias tumbas y los enterró vivos y en la toma de Badajoz mató a un miliciano que se había escondido en un confesionario sudándole las partes el derecho de asilo en sagrado».

Asimismo, hay un ucraniano y soviet que «siendo comisario popular para la Instrucción Pública, abrió un proceso a dios acusándole de genocidio y de crímenes contra la humanidad» y «le condenó a morir por fusilamiento». Posteriormente, ese hombre fue nombrado embajador en España y «se vio al sol de mayo con mujeres que se llamaban Dolores y les decían Lolas y tenían vientres flamencos de cobre y bucles de carbón y ojazos negros y misterios gitanos y se vio comiendo puchero y camarón y olé pero recién vio el Mediterráneo en Menton, en los Alpes Marítimos, recién soñó tardes de toros, giraldas y moros, Dios le fulminó de un infarto y le dejó sin sur y sin Dolores Lolas, Lolas Piconeras que al andar van derramando la primavera». Se incluye una niña disecada y expuesta para los turistas, que «por las noches parpadea abriendo casi imperceptiblemente sus ojitos sin lágrimas. Cada parpadeo le ocupa doce horas que igual le dan porque no tiene nada que hacer». Otro de los personajes es un delincuente escocés, que «fue muerto doctrinante muy a su pesar»: tras ser ejecutado, le barnizaron «para que no lo pudriese la intemperie y le dejaron colgandero para advertencia de los bribones durante catorce años (...) hasta que se puso apenas jirón y le tuvieron que despingar y darle a una fosa común con el resto de los muertos sin oficio».

Breve relación de vidas extraordinarias es un libro ameno, conciso, ágil e irónico. Está escrito con un lenguaje directo, alejado de la delicadeza, y contiene palabras y expresiones sorprendentes por no ser de uso habitual actualmente. Tiene algunas repeticiones, que enfatizan y enlazan las historias, e incluye numerosas referencias a diversos escritores y textos: entre otros, a Herman Melville, Mark Twain, Camilo José Cela, Francisco Umbral, el Libro de los Proverbios y el Deuteronomio.

A los lectores sensibles este libro quizá les sobresalte. Al resto algunos de los pasajes puede que le hagan reír, no porque sean alegres, sino por los comportamientos y acontecimientos extraños descritos.