Hay ocasiones en que un libro despierta tu curiosidad sin motivo aparente. Bueno, para ser justos, sí que había un motivo, o dos. Primero, el autor del mismo, Ignacio Elguero, periodista, poeta, antólogo y alguien a quien sigo en las ondas hace bastantes años. Por otro, el título de su última entrega: Cosas que ya no decimos, no hacemos, no existen . El título del libro de Elguero nos invita de esa forma tan peculiar a realizar un viaje por los últimos veinte, treinta y hasta cuarenta años de la historia de este país. Una historia repleta de guiños televisivos cuando tan sólo existían dos cadenas, la primera y el UHF, de discotecas en las que los jóvenes acudíamos a "bailar lento" si queríamos ligar, de bocadillos de "tulipán con cualquier cosa", de "fotonovelas y cigarrillos mentolados" con los que todos nos iniciamos en tan desagradable vicio. De discos de dos caras, hoy llamados vinilos, de guateques, colecciones de sellos, vacaciones en el pueblo y decir de carretilla al maestro la lista de los Reyes Godos, los cabos, golfos y ríos de España con todos sus afluentes. Algunos, incluso, teníamos que sabernos los nombres de los ministros de Franco. Cosas que ya no decimos, no hacemos, no existen es un regreso al pasado, al de Zipi y Zape, la Guerra de los botones , los pantalones con rodilleras y el Cine Exin que todos pedíamos por Reyes en Navidad y nunca llegaba. Eso, y mucho más, es este curioso libro. Un libro de "nostalgia y humor" para leer en familia. ¿A que ha despertado su curiosidad? El libro de Ana Riera, Mujeres que nacieron diferentes , encierra entre sus páginas la vieja argucia de presentarlo como un libro de mujeres, escrito por una mujer (o mujeres) y para mujeres. Nada más alejado de la realidad. Los perfiles de las protagonistas del mismo, tan variados como legendarios e interesantes, abarcan todas las facetas posibles: artística, política, cineastas, escritoras, pintoras... Catorce mujeres que "se forjaron a sí mismas", pero que bien podrían ser muchas más. No voy a proponer nombre alguno, por el presunto desprecio que supondría olvidarme de otros, pero qué duda cabe que si la vida de La Pasionaria es de leyenda, al igual que su muerte, también lo fue la de Coco Chanel, Frida Kahlo o Josephine Baker. Recientemente he tenido la oportunidad de releer la biografía de Misia Sert, escrita por su marido, el pintor catalán Josep María Sert. Con Misia muchos descubrimos el Paris de Renoir y Picasso, de Mallarmé y Ravel, de Cocteau y Diaghilev. Pero también la templanza de una gran mujer que, ahora que lo pienso, merecería estar incluida en este libro. Y sin pretenderlo ya les he dado un nombre. Y podría darles muchos más, aunque seguro que la editorial ya estará pensando en un segundo libro. Pero volviendo a Mujeres que nacieron diferentes , este libro es a su manera y dentro de sus respectivas carreras, la historia de catorce ejemplos que se han convertido gracias a su rebeldía en iconos mediáticos. Por eso las queremos tanto. Por eso hay quien está convencido de que el futuro será de ellas. De las mujeres.