Como si la luz fluyera en sus palabras y las fuera puliendo en un río cristalino, la mágica prosa de Antonio Muñoz Molina encandila al lector desde el primer instante.

Sus novelas son cápsulas de agua diamantina que refrescan los labios del que abreva entre sus páginas: líquidas palomas sobrevolando el tiempo, viajando hacia el alma en un puro resplandor. El jinete polaco, El viento de la luna, Beltenebros, El invierno en Lisboa, Beatus Ille, Sefarad , son estancias lumínicas de un edificio esbelto, vasos comunicantes de un corpus magistral.

Las voces de Mágina, el viento, los olivos, las melancólicas calles de Lisboa van urdiendo el tejido de una realidad sublime que se destila en belleza literaria. Quienes admiramos su obra, hoy esperamos su nueva novela, Como la sombra que se va , como el que espera ansioso la alegría, agotado el invierno, de un sol primaveral.