El oro fundido es la obra más reciente del poeta cordobés Francisco Gálvez, que acaba de aparecer en febrero en una de las editoriales mas prestigiosas del ámbito poético: Pretextos. Es autor de numerosos libros de poesía, entre los que destacan Los soldados (1973), Tránsito (1994), El hilo roto. Poemas del contestador automático (2001), El paseante (2005) y Asuntos internos (2006).

Francisco Gálvez ha recibido el Premio Anthropos 1993 por Tránsito y el Ciudad de Córdoba Ricardo Molina 2004 por El paseante . Pertenece a la generación del 70 y posee una amplia y reconocida trayectoria poética, a lo que hay que añadir una paralela actividad y preocupación por lo cultural desde nuestra ciudad hacia el panorama de la poesía española, como el Seminario de Poesía, Círculo de Traducción Poética y la revista La Manzana Poética . Dirigió el Aula de Poesía Córdoba 2016 del Ayuntamiento de Córdoba entre 2005 y 2010. También es autor del Diccionario General de las Revistas Literarias, 1903-1983 y, como antólogo, de Córdoba en la poesía en el último cuarto del siglo XX (Marché des Lettres. París, 2005) y de Los círculos del aire. Antología de poesía española contemporánea del paisaje y la naturaleza (Algaida, 2008). Ha desarrollado un importante trabajo como editor, aunque señala que se considera amateur, en este campo.

Con El oro fundido , Francisco Gálvez nos ofrece una obra de largo recorrido, plural y de amplios registros, que marcan una nueva etapa en su poesía, en la que la mirada se detiene en la vida y la memoria. Libro complejo en su estructura, se divide en varias secciones de recorrido aparentemente argumentativo, pues parte de un prólogo para finalizar en un epílogo. Sin embargo, la lectura del libro nos ofrece un caleidoscopio de imágenes y reflexiones en las que el sujeto poético desgrana una voz íntima que interrelaciona el yo y el nosotros. El primer poema El oro fundido desgrana el sentido trágico de la vida con la contención y la rotundidad presente en otras obras de Gálvez: "Y porque nadie / quiere saber/ es posible vivir / con amnesia". Los temas se suceden en poemas donde lo cotidiano no impide levantar el vuelo hacia la reflexión más profunda o la sentencia casi desnuda: personajes máscaras en el humilde teatro de una casa de vecinos, donde comparten "un horizonte de palabras heredadas". La ciudad se nombra en su río, en sus recuerdos de infancia, en la memoria de un tiempo clausurado: "Se reencuentra en la antigua fotografía de un colegio español / en la mesa del profesor con un libro en las manos / y un esfera del mundo detenida".

La infancia se solaza en una silla de anea en noches de verano con "salamanquesas alrededor de una farola". Tiempo detenido para el poeta que, como el orfebre, construye y engarza poesía y vida: "Hasta aquí has llegado, para / recuperar la mirada". Es El oro fundido metáfora de la vida, lo que cambia, lo que se transforma, lo que se busca y lo que se pierde. Y el sujeto poético se aplica a desempeñar su papel, el del jugador que continúa apostando, aún consciente de que no hay puerto seguro "por las tardes en una hamaca inestable a la puerta de una casa heredada". El mundo contemporáneo centra sus contradicciones en la segunda parte del libro, en poemas como Papel carbón o Café y poesía , donde la prosa poética combina temas clásicos como la muerte con otros recientes en lo tocante a la realidad económica y político social. Poesía y vida, reflexión y recuento constituyen los mimbres con los que Francisco Gálvez ofrece una obra profunda, en la que la respiración amplia del versículo alterna con los versos breves de libros anteriores.

'El oro fundido'. Autor: Francisco Gálvez. Editorial: Pre-textos. Valencia, 2015