Supongo que se hacía necesario en los actuales momentos de crisis, abandono de la escala de valores tradicional, fin de la escuela pública, destrucción de la sanidad, etc, etc, etc, un libro, una enciclopedia como la que nos ocupa, El libro rojo de Mongolia , a medio camino entre el fanzine y el libro por todos conocido, que nos haga abrir los ojos y descubrir nuevos caminos por los que movernos, nuevas ideas, que nos dé respuestas, a veces inverosímiles, a veces absurdas, a veces de escaso rigor histórico y científico, pero siempre apurando hasta el final las pautas mas increíbles del ser humano: la razón aristotélica pura y dura, la verdad, la humanidad... Y es que El libro rojo de Mongolia puede parecer pueril en sus planteamientos, preguntas y respuestas. Ya en sus comienzos, el diccionario inicial de la patria mongola lo deja claro: "alquiler.- Pago en cuotas de algo que nunca será tuyo". "Antrax.- Antídoto contra la superpoblación". "Desencanto.- Descubrimiento del valor real de las cosas". Y si algo nos queda claro al cerrar el libro, además de tratarse como dice de la mayor aventura editorial jamás publicada, es que estamos ante un experimento que debería ser de obligada lectura en los institutos de bachillerato de nuestro país. Como cuenta la propia autora del libro, A la puta calle no es un libro "más" contra los desahucios. Es la crónica de uno en particular, el suyo, el de la escritora y periodista Cristina Fallarás, que nace precisamente cuando es despedida de su trabajo en el diario en el que colaboraba asiduamente. Porque un desahucio no es algo casual, es la consecuencia de una situación trágica que se produce cuando el sistema pretende primero echarte del mismo, marginarte laboralmente, para después culminar su terrible labor cuando los hombres de negro se presentan en tu casa un buen día de mañana a entregarte la orden de desahucio. Una orden en la que, como muy bien cuenta Cristina, tu nombre siempre aparece en letra pequeña mientras que el de la parte demandante siempre lo hace en mayúscula. Curioso. "El desahucio comienza cuando te echan del trabajo", y A la puta calle pretende dejar claro que detrás de cada uno de ellos no hay solo una tragedia humana, también una tragedia laboral, social, porque lo peor comienza cuando empiezas a preguntarte ¿Qué hemos hecho mal? Y ahora, un poco de literatura y esperanza. Me había equivocado, lo siento. Si hace unos meses indicaba (que no denunciaba) que RBA y Domingo Ródenas habían obviado deliberadamente a los autores en lengua castellana en su maravillosa antología 100 Escritores del siglo XX , he de reconocer y descubrirme ante este segundo volumen, 100 Escritores del siglo XX (Ambito hispánico) , mas valiente, audaz y tenaz que su predecesor. Aquí ya no cabe aquello de que las ausencias, notables, marcan y dan más validez a las presencias. La literatura es pasión. Y la pasión puede ser literatura. Y Domingo Ródenas de Moya lo sabe al preparar una antología de 100 Escritores del siglo XX (Ambito hispánico) en la que caben y están desde Juan Rulfo, Sábato, Juan Jose Saer, Mutis, Alberti, Aldecoa, Pio Baroja, Juan Benet, Cunqueiro, Delibes, Unamuno, Valente, Mendoza, Millas, García Márquez, Lezama Lima, Vargas Llosa... ¿se me olvida alguno? Muchos, hasta cien.