--¿Cómo surgió esta antología, Con & versos. Poetas andaluces para el siglo XXI ?

--En realidad, yo propuse al editor de La Isla de Siltolá una antología de más reducidas dimensiones, pero él me ofreció la posibilidad de tratar con amplitud la lírica andaluza en su totalidad. Acepté el reto, porque me gusta trabajar al límite, y el resultado fue este magno volumen, que creo que no ha defraudado la confianza que el editor puso en mí y que sé que los primeros lectores han empezado a valorar muy positivamente.

--Dice usted en la introducción que su antología es "un intento de reunir en bloque compacto lo esencial de nuestra poesía en estos últimos treinta y cinco años". ¿Le ha costado mucho trabajo la selección, teniendo en cuenta el peso de la poesía andaluza?

--Seleccionar es algo arriesgado y difícil, tienes que quedarte con unos nombres y prescindir de otros que al fin y al cabo también te llaman la atención y tienen indudable mérito. En este caso, además, todo me venía condicionado por la propia estructura que me impuse de dividir la antología según décadas, y de cada década y por provincia solo podían figurar dos o tres nombres, no más, pues si no en vez de una antología tendríamos un diccionario de autores. Un ejemplo: si de los nacidos en 1950, en Córdoba, por su importancia, singularidad y voz personal, ya había decidido incluir a Manuel Gahete, Alejandro López Andrada y Fernando Sánchez Mayo, y no podía incluir a más, se me quedaban fuera otros nombres, pero no se trataba de hacer un catálogo sino de insistir en la representatividad.

--¿Por qué fijó en 1950 la fecha de partida del nacimiento de los autores?

--De hecho 1950 es ya una frontera lejana y creo que demasiado conocida. Mucho más lo es la de 1940, que es un tramo por tanto mucho más estudiado y antologado, y por supuesto con muy reconocidos e imprescindibles nombres. Quise partir de esa fecha porque la mayoría de sus componentes, aunque con abundante obra ya, están en pleno proceso creativo y todavía van a aportar poemarios de indudable madurez y calidad.

--¿Y por qué incluyó precisamente cincuenta poetas?

--Fíjese usted que la editorial y yo barajamos un número menor..., pero pensando en que tenía que ser un número redondo y lo suficientemente amplio para que no quedaran fuera voces verdaderamente significativas y que la crítica ya tenía asumidas o reconocidas por unanimidad, al fin tomé la determinación de llegar a cincuenta, con lo que el margen de error o de olvido era posiblemente menor.

--¿Cuáles han sido los criterios seguidos para la selección de los participantes?

--Digamos que un criterio de representatividad. Como ya he dicho: tenían que estar representadas todas las provincias y en cada una de las décadas elegidas. En todo caso siempre intentaba huir de los desequilibrios, por lo que he evitado que de una provincia vayan quince y de otra cuatro... Se sabe que no todas las provincias, en la realidad, tienen igual peso poético, y esto se ve en la antología, pero ya digo, manteniendo el equilibrio. Además, buscaba también, cuando era posible, una armonía entre sexos, pues la poesía femenina tiene una importancia y una difusión que no podían ser ignoradas. Y otro criterio sine qua non --que explico en el preámbulo-- es el del carácter inédito de los poemas. Es decir, los poetas tenían que presentar poemas aún no publicados; y de hecho varios de los que seleccioné en principio han quedado fuera (y por tanto sustituidos por otros, no voy a dar nombres) porque no disponían de versos inéditos o tenían sus poemas ya comprometidos. En este caso la responsabilidad era de ellos, y la exigencia mía.

--¿Cree que se le ha quedado alguno importante fuera?

--De todas las provincias y de todas las décadas, como digo completando lo anterior, hay nombres de mérito y de calidad que no han podido ser incluidos. Cincuenta era el tope, con obra reconocida necesariamente, y que cumplieran el criterio previo de aportar poemas inéditos porque de alguna forma se quería presentar novedad y frescura. Claro que faltan nombres, por las razones aludidas. Y seré sincero. Si de Córdoba, y de la década de 1960, solo podía elegir a dos y ya había pensado en Balbina Prior y en María Rosal, tenía que dejar fuera --y mire usted que lo siento porque es una persona que conozco bien e incluso de la que he escrito-- a Pilar Sanabria. Este es el riesgo de las antologías. Pero no creo que esta poeta sea menos por no figurar en este volumen. Su valía y el intimismo de su concepción poética la hacen merecedora de toda admiración.

--Ya sabe usted que muchas veces las antologías hacen daño. ¿Le han llegado quejas?

--Algún eco le llega a uno. Pero es un riesgo que siempre hay que correr y que no debe ensombrecer el fin: yo he decidido con criterios de crítico literario y de calidad, creo que el amiguismo ha quedado al margen. Incluso ha habido alguien sin ningún peso en la lírica de provincias, prácticamente desconocido, que se extrañaba de que no se tuviera en cuenta. También alguien me ha dicho que al menos de los que están no hay duda de que lo merecen sobradamente.

--¿Se siente satisfecho del resultado final?

--El resultado para mí es muy satisfactorio, por la amplitud de la propuesta, por el nivel lírico y el eco que tienen los poetas en el ámbito andaluz y nacional, y evidentemente por la primorosa y cuidada edición que ha hecho La Isla de Siltolá, que con tanto respeto e interés se vuelca en cada obra que publica. Y ahí están como ejemplos los recientes volúmenes sobre la poesía completa de Julio Mariscal Montes o la selección personal de Angel García López. Creo que esta antología va a tener un largo recorrido, no por mérito mío, sino por el de los poetas representados.

--Después de leer tantos libros y consultar tanto para fijar la selección, supongo que tendrá un alto conocimiento de la poesía andaluza. ¿Cuál es su estado de salud?

--Muy bueno y con una adecuada temperatura lírica. En Andalucía creo que se publica más poesía que en ninguna otra zona del país, y su resonancia llega, expandiéndose, a ámbitos literarios muy alejados, incluso fuera de España. Nuestros poetas están ávidos de darse a conocer y todos los días surgen nuevas voces, a algunas de las cuales creo haber prestado atención en esta antología.