Este mundo nuestro se debate entre la malicia de los perversos y la épica de los héroes. Por suerte para la raza humana, son más las acciones positivas que los desmanes, más la gente que no solo tolera sino acepta la voluntad y el ser del otro; gente que no se ensoberbece porque comprende las limitaciones ni se encona en el rencor incapaz de perdonar a los que nacimos bajo el signo fático de la mortalidad. Y porque somos noble por naturaleza nos ennoblecen actos de valor que ordenan el destino. Loor a Manuel Blanco, Julio Latorre y Enrique Rodríguez; apoyo a estos tres titanes contemporáneos, que, enfrentándose al mar tempestuoso y las leyes irracionales, rescatan vidas condenadas al piélago de las sombras; a tantos hombres, mujeres y niños que huyen de un statu quo condenable. Finalmente triunfó el juicio, pero me pregunto cuántas iniquidades siguen engendrándose en el seno de los dogmas, las normas y los códices.