Parte del equipo técnico de la empresa cordobesa Todolivo ha viajado, junto con el investigador del Ifapa Lorenzo León y la doctoranda Alicia Serrano, a la región de Bari, donde se localiza la ‘zona 0’ de la Xylella fastidiosa, para conocer de primera mano sus efectos y los últimos avances que se realizan en la lucha contra esta bacteria.

La Xylella fastidiosa es una bacteria fitopatógena que provoca enfermedades en el olivo y otros cultivos como la vid, los cítricos, el melocotonero y el almendro, y otras especies leñosas y arbustivas, entre las que se incluyen especies ornamentales y forestales de alto valor ecológico. En Europa se detectó por primera vez en octubre de 2013 al sur de Italia.

El principal motivo del viaje, realizado el pasado septiembre, era conocer de primera mano los efectos de la Xylella, las medidas de contención que se están practicando y los avances y líneas de investigación que se están realizando, así como evaluar en qué medida la empresa podía colaborar.

Una vez en Italia, el grupo se entrevistó con Donato Boscia, el primer investigador que detectó la Xylella en el olivo. Según su relato, todo comenzó en agosto de 2012 en la localidad costera de Capilungo, donde sus suegros tienen una casa de verano y donde poseen algunas hectáreas de tierra con olivares centenarios.

Ya ese verano comenzaron a secarse olivos. La Xylella aparecía primero en algunas ramas y luego se iba extendiendo a todo el árbol, como si éste estuviese infectado de verticilosis. El suegro de Boscia le pidió a éste que lo examinara, a sabiendas de que él era especialista en virosis de viña. No obstante, pensó que, como técnico, igual podría encontrar alguna explicación a lo que estaba ocurriendo. Así, Donato Boscia observó algunas diferencias con el Verticilium y se llevó muestras a su laboratorio de la Universidad de Bari. Una vez analizadas estas, no detectó presencia de Verticilium en ninguna de ellas.

Tras muchos análisis en la búsqueda de algún agente patógeno, decidió hablar con un antiguo profesor suyo de la época universitaria y le propuso colaborar para buscar la bacteria Xylella, que ya había sido escrita en los años 60 en viña como muy virulenta, por proximidad de cultivos (viña-olivo). El análisis dio positivo en Xylella en la subespecie fastidiosa. Tras este primer caso comenzó la debacle del olivar salentino.

EL ORIGEN DEL PROBLEMA

En estos momentos, el radio de acción de Xylella afecta a más de 250.000 hectáreas. El equipo de investigadores italiano está comandado por Donato Boscia y Maria Sapponari de la Universidad de Bari, que son los que están trabajando más intensamente en la búsqueda de soluciones allí en Italia. Con ellos Todolivo compartió dos días de intenso trabajo y visitas a plantaciones, donde los técnicos pudieron comprobar en directo los efectos y las distintas líneas de investigación en las que estaban trabajando.

La delegación de técnicos española desplazada a Italia pudo observar que la variedad de la comarca, la Oiarola salentina, es tremendamente sensible a la bacteria, pero que, sin embargo, otras variedades también plantadas en la zona (aunque en menor proporción), como la Leccino, se muestran muy tolerantes a la enfermedad. Prueba de ello es una plantación muy cercana a la zona de Lecce donde el agricultor tenía la mitad de la plantación de Oiarola y la otra mitad de Leccino, estando totalmente muertas las primeras y en perfecto estado las segundas.

EVALUACIÓN DE VARIEDADES

Una de las líneas de trabajo más importante y más interesante es la que se centra en los trabajos de evaluación de variedades de olivo. Su objetivo es identificar aquellas que puedan presentar niveles más altos de resistencia a la enfermedad. Un ejemplo es el programa que se inició en noviembre de 2016 en colaboración con el Ifapa de Córdoba y mediante el cual éste mandó una colección de variedades españolas (38 en total), entre las que se encuentran variedades con las que Todolivo está trabajando como Arbequina, Arbosana, Koroneiki, Picual, Hojiblanca, Manzanillo, etc., junto con un grupo de nuevos genotipos obtenidos por el Ifapa.

Estas plantas fueron plantadas en campo al aire libre, en la ‘zona 0’, donde la infestación era máxima. Estas plantas, después de un año y medio expuestas, no mostraban síntomas a la enfermedad. Las plantas también se embolsaban para introducir dentro el insecto vector y propiciar una mayor infección.

Esta línea de trabajo se ha complementado con otra que inició en 2017 por este equipo investigador en colaboración con el IFAPA de Córdoba, y que amplía el estudio de la tolerancia de la Xylella fastidiosa a 70 variedades españolas y otras de diferentes países. La diferencia es que, en esta ocasión, en vez de exponer las variedades a la bacteria a cielo abierto, se le está inoculando la bacteria en el laboratorio para después llevarlas a un invernadero cerrado, donde se les analiza su tolerancia a la misma.

Otra de las líneas de investigación es la que se está realizando con olivos silvestres (acebuches) que se han detectado resistentes y están propagándolos mediante injertos en árboles adultos.

Por último, en el viaje el equipo técnico pudo observar también que la Xylella es una bacteria con una gran capacidad de adaptación a la infestación de numerosas especies vegetales como nogal, romero, adelfas y acacias.

CONCLUSIONES

De modo general, las impresiones que Todolivo ha extraído de los trabajos realizados con las diferentes variedades analizadas son esperanzadoras, ya que, aunque las investigaciones siguen abiertas y no han concluido, se han identificado posibles fuentes de resistencia a Xylella fastidiosa en algunas de las variedades evaluadas.

Por otro lado, en cuanto a las variedades españolas plantadas en la ‘zona 0’, hace ya más de un año y medio y las inoculadas en laboratorio, cabe destacar que, a día de hoy, no se han visto afectadas por la bacteria.