La historia de Vida es la de un perro maltratado por alguna persona de las que se dicen humanas pero que en realidad "son seres indeseables, además de delincuentes". El pasado sábado, una mujer que venía de trabajar se lo encontró agonizando con el cuello cortado por un hacha o un cuchillo en la carretera que une Villaralto con Dos Torres. Esta mujer no miró para otro lado sino que se acercó al animal, lo recogió en una caja y se lo llevó en su coche. Poco después avisó a Celia Valverde, porque sabía que junto a otras mujeres de Villaralto había recogido antes a algún perro abandonado.

Cuando Celia fue a verlo explica que tuvo una sensación "imposible de describir porque a este angelito lo habían degollado, sin más, y no había visto nunca un perro en peor estado". La situación era dramática, con la herida plagada de gusanos y la barriga hinchada de parásitos, había perdido mucha sangre y pelo y prácticamente ni se movía". La crudeza de las imágenes del perro, que apenas pesaba la mitad del peso habitual en estos ejemplares, llegó a distintos lugares porque Celia las colgó en una red social y en la de la asociación Peludos Los Pedroches.

Pese a su estado, "tenía ganas de vivir y parecía agradecer esas manos humanas que ahora sí le estaban ayudando". Enseguida lo llevó a una clínica veterinaria de Villanueva de Córdoba, donde ratificaron la brutalidad a la que fue sometido y comprobaron que la herida no era reciente sino que podía llevar una semana en esas condiciones, además de que estaba deshidratado, con fiebre, con leishmanía y con una grave infección. Allí quedó hospitalizado y allí sigue. Además, ha comenzado a alimentarse y a beber.

Los veterinarios han trabajado duro para salvarle la vida y tras limpiarle la herida y someterle a analíticas se le aplicó inmediatamente un tratamiento con antibióticos y distinta medicación que permitió que este perro, de unos dos años, haya podido de momento salir adelante.

Celia Valverde confirmó que se presentó una denuncia ante la Guardia Civil, que investiga los hechos, y que ha contado con el respaldo de Peludos Los Pedroches y de otras organizaciones protectoras de animales, a la vez que decidió llamarle Vida "porque refleja cómo, pese al sufrimiento por el que tuvo que pasar deambulando una semana con el cuello cortado, resistió hasta que una buena persona se encontró con él y lo recogió".

De momento, los veterinarios no podrán operarle la herida pero no se descarta más adelante. Mientras, siguen llegando mensajes de indignación e incluso de gente que quiere aportar donativos para sufragar los gastos veterinarios. Celia está dispuesta a cuidarle en el futuro.