Más de mes y medio ha transcurrido desde que se produjeran los desprendimientos en la ladera del río Lucena a su paso por el diseminado de Casatejada. Los vecinos del lugar manifestaban el miedo que día y noche padecen, ya que a diario notan el avance del desprendimiento.

Los vecinos de Casatejada se vieron sorprendidos a finales de noviembre por el desplome de parte de la ladera de contención que protege este núcleo vecinal, posiblemente provocado por las últimas lluvias, lo cual provocó el derrumbe de unos 30 metros de longitud del muro de protección, que fue construido hace unos 17 años. Desde entonces, de manera puntual solo se ha recibido la visita de algún técnico de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para constatar y anunciar la intervención en la misma.

Según han informado los vecinos, el alcalde de Lucena, Juan Pérez, se interesó por los daños producidos en esta zona, si bien manifestaba que, tratándose de un proyecto de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, debe ser este organismo el que informe al respecto. Tampoco se ha informado del proyecto de restitución, ni de la intervención que debe acometerse.

Los vecinos viven con temor ante la llegada de nuevas precipitaciones, pues los deslizamientos del terreno continúan, dejando además las viviendas a poco más de metro y medio de la ladera. Al mismo tiempo, como puede apreciarse en la superficie de la cima, que presenta una zona agrietada, también han quedado en peligro algunos de los postes de suministro eléctrico cercano a la ladera.

Apuntan que algunos de los afectados ni siquiera han podido sacar el automóvil de sus cocheras durante este tiempo, pues estas están localizadas hacia la zona que ha sufrido el desprendimiento.