En la rehabilitación de esta antigua vía romana se quiere ser respetuoso con la configuración que tuvieron estas calzadas que, ya hace dos mil años, fueron claves para el Imperio Romano y aún hoy resultan imprescindible para entender la configuración de la actual Europa. Hay que recordar que la técnica constructiva romana contemplaba una intervención sobre el terreno en donde primero se abría una zanja entre 4,5 y 8 metros de anchura para construir una capa con grandes piedras a modo de cimientos (statumen), sobre la que se prensaba una capa de grava (rudus) y otra más de piedra fina (nucleus). Encima se colocaban grandes losas (suma crustae).

En varios puntos a lo largo de la calzada, y como estrategia de puesta en valor de esta nueva infraestructura, se colocarán paneles informativos y señales indicadoras sobre la historia del tramo recuperado, su importancia y la intervención realizada, todo en relación con otros valores como el de ser parte del sendero GR-48, uno de los más singulares de Europa al cruzar Sierra Morena desde Portugal hasta Despeñaperros.