Una veintena de niños procedentes de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en el desierto de Argelia, han comenzado ya a disfrutar de dos meses de verano en Cabra y en distintos puntos de la comarca de la Subbética a través del programa Vacaciones en Paz, que se desarrolla en toda Andalucía gracias a la labor de colectivos sociales como Amans, la asociación Mano Amiga por los Niños del Sáhara, que tiene su sede en la localidad egabrense.

Y lo hacen gracias a una serie de familias comprometidas desde hace años con la causa que ellos representan, acogiéndolos desinteresadamente y ofreciéndoles su hogar como segunda vivienda, evitando a estos pequeños, que tienen entre 8 y 12 años de edad, el calor asfixiante de un desierto que durante el verano llega a registrar 55 grados de temperatura, mejorando así su calidad de vida tanto sanitaria como alimenticia.

Los pequeños --algunos de los cuales repiten con las mismas familias que los acogieron en ediciones anteriores-- pasarán en la comarca unas semanas en las que podrán disfrutar de las pequeñas cosas del día a día y a las que no pueden acceder a diario en las sofocantes tiendas del desierto.

Aquí tienen la oportunidad de descubrir en muchos casos y sorprenderse en otros de cosas tan simples para el primer mundo como abrir un grifo de agua o encender la luz eléctrica con un interruptor, algo tan lejano en su mundo del desierto, donde sobreviven abandonados a su suerte desde que España saliera de sus tierras en el año 1976 y quedaran a la suerte de las ayudas de oenegés como la egabrense y, en algunos casos, de los organismos internacionales, mientras llega una resolución que les permita hacerse dueños de su destino.