El 7 de agosto fue inaugurado en la parte central del cementerio un monolito a la memoria histórica. En este lugar se ubica un columbario en el que se depositarán los restos de los represaliados no identificados y los que, una vez entregados a sus familiares, decidan enterrarlos en este lugar. Desde febrero se han practicado pruebas de ADN a los 65 cuerpos exhumados y a unos 80 familiares para poder cruzar los datos. Según Rafael Espino "es el mayor proyecto de identificación genética desarrollado en Andalucía hasta ahora, porque el objetivo más importante que perseguimos no es la exhumación, sino la identificación de los restos y su entrega a los familiares". Este monolito fue inaugurado por los hijos de Manuel Varo y José María Cabezas, exiliados a Francia y combatientes en la resistencia que recibieron, a título póstumo, el V Premio José María León.