Pilar Fernández Rebollo, del departamento de Ingeniería Forestal de la UCO, ha realzado la condición de Los Pedroches como la mayor dehesa continua de Europa y un ejemplo de diversidad productiva y natural. Fernández Rebollo ha destacado además que aunque perdemos árboles, «gracias al esfuerzo de los ganaderos de Los Pedroches ganamos cobertura». Además, ha añadido que las encinas de la comarca producen mucha más bellota que otras zonas de dehesa y que destacan por su calidad.

Según Fernández Rebollo, «los propietarios de dehesa deben asumir la regeneración del arbolado como una tarea más de su explotación y reponer unas tres encinas por hectárea cada década». Así se conseguiría sumar entre 10 y 15 árboles por hectárea cada 30 o 40 años, «algo que ayudará de forma decisiva al ritmo de la regeneración».

Vicente Rodríguez Estévez, del departamento de Producción Animal de la Universidad de Córdoba, ha desarrollado un amplio recorrido por la historia a través de distintas imágenes y situaciones que se generan en la dehesa en la actualidad.

Como el resto de ponentes de la jornadas, ha abogado por una clara definición del concepto de dehesa y ha reivindicado la dehesa como lo hicieron, a su modo, nuestros antepasados, que supieron defenderla y salvaguardala. Rodríguez ha presentado distintas situaciones del pasado y las ha comparado con el manejo que se realiza actualmente para destacar la responsabilidad de quienes conservaron este paisaje. Además, ha pedido a las distintas administraciones que no resten importancia a la dehesa, un entorno que, según distintos estudios, surgió hace 6.000 años.

En la sesión de este martes, José Luis García-Palacios se refirió al proyecto Life Biodehesa. Por su parte, el catedrático de Geografía de la UCO Bartolomé Valle Buenestado defendió el patrimonio que representa la dehesa y la arquitecta Esther Prada se refirió a su paisaje.