La Asociación de Jóvenes Cofrades de Montilla El Dulce Nombre consiguió ayer hacer realidad su propósito de batir el récord mundial de roscones de reyes, que estaba fijado en 150 metros de longitud. El roscón elaborado y repartido ayer en Montilla alcanzó los 238 metros. El descomunal dulce navideño fue realizado en la Confitería Manuel Aguilar, un establecimiento emblemático para esta localidad. En su elaboración se han empleado 450 kilos de harina, 150 kilos de manteca, 750 de azúcar y 800 huevos.

En el interior del gigantesco roscón se encontraban 4.000 sorpresas de las que se introducen habitualmente en este tipo de pastel en el que fue sustituida la nata y otros productos perecederos por merengue. A pesar de las dimensiones del roscón, su calidad y sabor fueron muy elogiadas por los asistentes una vez repartido por los miembros del colectivo organizador y el personal de la confitería. El responsable de la empresa, Juan de Avila Aguilar, aseguró a CORDOBA que es la primera vez que se elabora un producto de estas dimensiones, muy por encima del pastelón gigante con el que hace años Manuel Aguilar invitó al pueblo de Montilla con motivo del primer centenario de la confitería. Juan de Avila afirmó, además, que el roscón de reyes más grande del mundo "lleva el sello de la casa, que no es otro que la calidad, el buen hacer, el entusiasmo del equipo de trabajadores y la selección cuidada de los ingredientes".

Elogió la entrega demostrada por los treinta trabajadores que han dedicado tres días a la elaboración del roscón de reyes más grande del mundo. Todo un reto que se ha superado, dijo, con ilusión y responsabilidad.

Miles de personas colapsaron ayer la calle Corredera y todo el centro para asistir al espectáculo de la colocación del pastel y participar en su degustación. El equipo organizador, capitaneado por el presidente de El Dulce Nombre, José Luis Baños, mostró su satisfacción por el éxito alcanzado tras la incertidumbre surgidas como consecuencia del mal tiempo, que obligó a trasladar al domingo el espectáculo previsto inicialmente para el sábado. Incluso en las primeras horas de la tarde de ayer, mientras colocaban las primeras mesas con el roscón hubo necesidad de cubrirlas con plásticos ante las primeras gotas de lluvia que amenazaron con estropear el lucimiento del acto. En ese momento, sin embargo, organizadores y confiteros tomaron la decisión de continuar adelante.

La actitud no pudo ser más acertada, ya que a las cinco de la tarde las nubes desaparecieron con la lluvia permitiendo que todo saliera según las intenciones de la organización y se desbordaran las estimaciones más optimistas. Por su parte, José Luis Baños informó que mantuvieron contactos con la empresa editora del Libro Guinness de los Récords con objeto de incluir el roscón. En este sentido, se ha optado por recoger todos los datos con la mayor objetividad para evitar los gastos excesivos que supone el traslado de inspectores a la localidad. No obstante, Baños se mostró convencido de que la evidencia de la documentación y las imágenes que serán remitidas bastarán para homologar sin problemas el nuevo récord mundial establecido ayer en Montilla.

La banda de cornetas y tambores de la Hermandad de Jesús Preso y María Santísima de la Esperanza realizó un pasacalles que finalizó en la Plaza de La Rosa, donde se celebraron distintas actuaciones musicales a lo largo de toda la tarde.