Nuestra Señora de Gracia de la Alcantarilla regresó anoche a Belalcázar tras haber sido trasladada desde su ermita en una multitudinaria romería que se extendió a lo largo del fin de semana. Ayer domingo, tras la misa de romeros, la Chiquinina , como se le conoce, con un traje azulado, comenzaba su recorrido hasta la localidad, teniendo que ser, por momentos, sus andas plateadas protegidas con un plástico por la lluvia.

El paso por el río Zújar fue un año más emocionante y ahí sí lució el sol. Con el agua llegando a la cintura de los romeros, la Virgen portada a hombros cruzó el río entre cánticos, vivas y sujetando los romeros las cintas de colores que se enlazan en las andas, tal y como destacó el alcalde, Antonio Vigara. Tras las paradas de Las Lastras y las Piedras de San Pedro la llegada triunfal se produjo con la plaza del Ayuntamiento llena de personas que presenciaron su entrada en la iglesia de Santiago el Mayor.