El bajo nivel del embalse de Iznájar ha dejado al descubierto los restos de la historia de Rute. La prolongada sequía ha situado este embalse, el más grande de Andalucía, al 23% de su capacidad. Con estos niveles, las Huertas de la Granja y el Cerro Mezquita, convertido en isla por culpa del pantano, comienzan a emerger de las aguas, despertando entre los ruteños antiguas historias que quedan ahora accesibles desde la orilla.

Hay que remontarse a 1996, cuando las aguas, por la sequía, estuvieron tan bajas como ahora. Para Pascual Rovira, esta orilla que ahora se puede visitar «es el parnaso de la poesía, las huertas de la abundancia». Rovira, amigo del poeta Rafael Alberti, muestra una carta fechada en 1925, cuando Alberti estuvo en Rute. En esta misiva publicada en el libro Cuaderno de Rute, le escribe a Federico García Lorca y le habla de estas huertas: «Si el tiempo mejorara, iríamos de excursión algunos chicos y chicas a las granjas del Genil», escribe Alberti en diciembre de 1925. Rovira se siente emocionado en estos lugares. «Están llenos de historias que se llevó el pantano, Alberti le escribe a Lorca y a José Bergamín sobre estos parajes que denominó el Huerto de los Poetas», explica. Rovira conoció personalmente a Alberti: «En sus epistolarios habla de la maravilla de estos parajes donde Alberti se encontraba con los trovos, los poetas del campo y su poesía oral que maravillaron al poeta gaditano». Rovira recuerda también la represión franquista de esta zona, unos recuerdos sumergidos que aparecen de nuevo, donde anduvo Pepe el Centurión, el último guerrillero antifranquista, que se suicidó en 1950 antes de que lo capturara la Guardia Civil.

Como ha ocurrido en otros pantanos de toda España, la sequía está poniendo al descubierto antiguos pueblos que fueron inundados por los embalses.

Justo frente a estas edificaciones está el yacimiento arqueológico del Cerro Mezquita, dos pequeños cerros unidos por un collado entre los que se distribuyen restos de la Edad del Bronce atravesando épocas como la íbera, romana, visigoda y musulmana. Aunque el acceso requiere el uso de todoterreno, los vecinos de la comarca han comenzado a visitar estos restos.