Como se exhibe en uno de los paneles informativos que conforman el futuro museo del textil de Priego, en 1957 existían en la localidad 32 industrias textiles que contaban con 918 telares, lo que da una idea de la importancia que la industria textil tenía en la localidad, cuya economía se sustentaba en buena parte en las manufacturas de algodón, directa e indirectamente. No en vano, en 1950 se alcanzó una de las mayores cifras de población de la localidad, registrándose en el censo de ese año 27.903 habitantes, prácticamente 4.000 más que en la actualidad.

A partir de 1960, la industria textil del algodón entró en una produnda crisis, aunque muchas de las fábricas seguían funcionando pese a que su rentabilidad caía año tras año, lo que provocó su progresivo cierre y con ello una gran emigración de los trabajadores del textil, principalmente a Cataluña y a otros países de Europa.

A partir de 1975 comenzaron a crearse talleres de confección de prendas de vestir, particularmente pantalones y camisas que, como ya había ocurrido anteriormente, volvieron a convertir al sector textil en uno de los pilares de la economía de Priego durante la década de los ochenta. A finales de los noventa se producía otra nueva crisis que se tradujo en el cierre de varias empresas señeras de esta última etapa y que daban empleo a varios cientos de trabajadores, mayoritariamente mujeres, recesión de la que, según los últimos indicadores, el sector parece estar saliendo.