Las ordenanzas fiscales que el Pleno de Montilla aprobó el 6 de noviembre del pasado año contemplan sanciones de hasta 500 euros para los bares y restaurantes que no recojan sus mesas, sillas y sombrillas al finalizar la jornada comercial. Según establece el Anexo III de las ordenanzas fiscales en vigor, "con el objeto de no dificultar el tráfico peatonal, así como evitar peligro hacia los peatones, se prohíbe el almacenamiento en la vía pública de mesas y sillas, fuera del horario permitido para su uso". Así, los establecimientos que incumplan esta norma "serán denunciados por la Policía Local". La cuantía de las multas oscila entre los 100 euros por una primera denuncia y los 500 euros a partir de la tercera denuncia.

"Nos parece excesivo y completamente fuera de lugar", declaró la responsable de un establecimiento del centro histórico. "Cada vez se ve a menos gente en los bares y con tanta ley y tanta exigencia nos están invitando a echar la persiana", se lamentó. La polémica, de la que se hizo eco este periódico, saltó el pasado miércoles cuando personal del Ayuntamiento repartió un escrito firmado por el alcalde, Federico Cabello de Alba, en el que les instaba a recoger sus terrazas, una vez finalizada la jornada comercial para "evitar sanciones indeseadas".

El regidor invitó a bares y restaurantes a ir "avanzando" en el cumplimiento de una normativa aprobada desde hace varias décadas. "No se trata de una medida nueva, pues la ordenanza municipal no ha cambiado", insistió Cabello de Alba, para quien "las calles, que son de todos, no pueden ser el almacén de algunos".

"A los bares se les están ofreciendo todas las facilidades del mundo para que puedan tener mayores posibilidades de negocio pero deben comprender que no pueden utilizar la calle como almacén para sus sillas y mesas durante los 365 días del año", comentó el alcalde, quien hizo hincapié en que "una de las obligaciones que tiene el equipo de gobierno es hacer cumplir las ordenanzas que están aprobadas por el Pleno municipal".

La medida no ha sido bien acogida entre el sector de la hostelería, aunque muchos establecimientos anunciaron a este periódico su intención de cumplirla. "No nos queda otra: no podemos arriesgarnos a que nos multen con lo difícil que está la cosa", indicó un camarero de un bar de la avenida de Andalucía.

Con todo, los responsables de algunos negocios insistieron en subrayar los "problemas" que les provocará el cumplimiento de la ordenanza municipal. "La cosa no está para alquilar un almacén y meter las mesas y las sillas en el bar supone echar a los clientes una hora antes y abrir mucho más temprano, para poder instalar la terraza", comentaron.