La Audiencia Provincial de Córdoba ha ordenado que se siga investigando la muerte de Miguel Rodríguez, el joven de 19 años que fue encontrado calcinado y con múltiples heridas de arma blanca en su casa de la barriada de Los Cañuelos, en Palma del Río, hace ya casi cinco años. La Audiencia, que estima el recurso interpuesto por la madre del fallecido contra un auto del juzgado de Posadas encargado del caso en el que se decretaba el sobreseimiento provisional y archivo de las actuaciones, considera que «es precipitada la decisión de paralizar el curso de la investigación» ya que «existen indicios sólidos de la muerte violenta» del joven y no se han agotado todas las posibilidades para aclararla.

En su auto, la Audiencia recuerda que el cadáver del joven, que sufría un trastorno neuropsiquiátrico, fue hallado el 21 de diciembre del 2012 en el salón de la casa en la que vivía «parcialmente quemado y amputado, junto a una bombona de butano y quemadores de cocina». La autopsia descubrió que la muerte se debió a múltiples heridas por arma blanca, que el fallecido sufrió intoxicación por monóxido de carbono, así como «quemaduras y carbonización cadavérica». El estudio, señala la Audiencia, no excluía la causa suicida, aunque el «importante» número de heridas por arma blanca permitía «considerar como más factible el origen homicida de las mismas». De hecho, desde el primer momento, la Policía Judicial manejó las dos hipótesis, barajando «inicialmente» para la segunda como «sospechosos» al padre del fallecido y a amigos del joven, «si bien por distintas razones los han ido descartando». Incluso el juzgado ordenó en un momento la intervención telefónica del terminal del padre y motivó «la posible concurrencia de indicios racionales de criminalidad en su contra», apunta la Audiencia Provincial. Además, la madre del fallecido se personó en las actuaciones y dirigió acción penal por la muerte contra el padre, solicitando diversas diligencias, algunas de las cuales no se practicaron. Aun así, en noviembre del año pasado, el juzgado acordó el archivo provisional ya que «no se han obtenido indicios relevantes suficientes que permitan imputar a una persona en concreto». La Audiencia, sin embargo, entiende que «no se han agotado todas las posibilidades que la investigación ofrece» y ordena que se continúe con ella.

Miguel Rodríguez, padre del fallecido, mostró ayer su deseo de que, «ahora que se reabre el caso, se descubra toda la verdad y sepamos lo que le ocurrió a mi hijo». «Pienso que lo mataron y que intervinieron dos personas», aseguró.