El olivar está sufriendo las consecuencias de las altas temperaturas de estos meses y la escasez de lluvias, aunque afortunadamente esto no afecta a la calidad del aceite de oliva virgen extra.

Javier Alcalá de la Moneda, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Baena, afirma que la situación de sequía se nota en primer lugar en que las previsiones de cosecha pasan por que se va a recoger entre un 10 y un 15% menos; de hecho, la Junta de Andalucía prevé esa disminución en sus aforos. Añade que en el campo se observa que el fruto se ha quedado de un tamaño mucho más pequeño, aunque ahora depende de cómo evolucione la climatología, porque hay algunas variedades, como el picudo y la hojiblanca, que todavía tienen que madurar. Además, la falta de agua afecta tanto en el secano como en el regadío, porque aunque a este último le afecte menos, sí se aprecia que no está respondiendo como en otras campañas, precisamente por las altas temperaturas.

Alcalá de la Moneda señala que es un otoño que ha entrado con altas temperaturas, y la lluvia se pedía no solo para salvar el fruto, sino también para salvar la planta, «porque hay zonas donde el olivo está prácticamente al límite de subsistencia». Recuerda que llevamos tres años de sequía, soportando una climatología muy dura porque «las aguas llegan tarde, cuando el fruto ya ha madurado un poco y los rendimientos no van a ser tan altos». Si persiste en un invierno seco es «una catástrofe», porque los olivos pierden casi la capacidad de ofrecer fruto para el año que viene. Sería «una tragedia para los agricultores, que difícilmenre soportarían un cuarto año de sequía».

«Hemos entrado en una situación límite en esta campaña y ahora estamos a la expectativa de que noviembre sea un mes lluvioso», porque cuando el fruto coge tamaño facilita la recolección, aunque el rendimiento no mejore, y la aceituna entra más sana.

Hasta ahora la aceituna no ha caído al suelo, está sana, y la mosca no ha picado mucho, con lo cual los aceites son de buena calidad.

Francisco Arrebola, ingeniero agrónomo y agricultor, también habla de «situación alarmante» en los acuíferos, ya que en estos tres años de sequía hemos agotado los recursos. En cuanto a producción, es una campaña mediana, por lo que habrá menos jornales, aunque «esperamos que rente tanto como otras puesto que estamos en unos precios de mercado buenos». Explica que es una carrera de fondo y piensan en la próxima campaña, ya que debido al estrés hídrico los olivos no han crecido mucho y en el nuevo tejido vegetal es donde se obtiene más fruto.

También se muestran preocupados los hortelanos. Antonio Gallardo, presidente de la comunidad de regantes del Marbella, dice que la campaña que están cerrando ha sido inferior y piensan en el próximo año, ya que el río tiene poco caudal y las perspectivas no son buenas.