Las obras de reforma de la Plazuela de la Inmaculada encaran a partir de hoy su recta final con la colocación del nuevo pavimento en el tramo que discurre entre el callejón de El Peso y la confluencia de las calles Santa Ana, Fernández y Canivell y Corredera. Así lo anunció ayer el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, quien, en declaraciones a CÓRDOBA, descartó que el último hallazgo en la zona vaya a repercutir en el desarrollo de las actuaciones.

«Confiamos en que la rehabilitación de La Plazuela concluya en la primera quincena de diciembre», afirmó el primer edil, quien hace unos días autorizó a la empresa adjudicataria a contar con un margen adicional de mes y medio para concluir definitivamente las obras, después de solventar los problemas técnicos provocados por una conexión compleja en la red de abastecimiento que obligó a Aguas de Montilla a decretar un corte de agua que afectó buena parte del casco urbano.

De este modo, y tras la «compleja renovación» de las infraestructuras subterráneas de saneamientos, agua y alumbrado, los operarios de la firma General de Estudios y Proyectos iniciarán hoy la pavimentación de la calzada con una terminación similar a la intervención realizada en el tramo anterior.

Asimismo, la intervención en el centro neurálgico de Montilla recoge la mejora de las luminarias y un cambio en la configuración de la plaza con el objetivo de mejorar su aspecto, gracias a la instalación de mobiliario urbano y a la creación de zonas ajardinadas, junto con la eliminación del cableado aéreo y la reubicación y ampliación de los contenedores soterrados.

Además, ante la inexistencia de equipamientos similares en el centro de Montilla, desde el equipo de gobierno se apostó por la creación, junto a una zona de estancia para peatones, de un área de juegos infantiles.

En relación al pozo de agua que fue descubierto este sábado, el alcalde explicó que se dio aviso a José Miguel Bascón, técnico de la firma Servicios Arqueológicos BM, quien se personó en el lugar del hallazgo junto a la concejala de Patrimonio Histórico, María Luisa Rodas.

«En un principio se pensó que podía tratarse de otro silo de trigo, similar a los que localizaron en agosto», apuntó Llamas, quien aclaró que, tras una primera valoración, los técnicos concluyeron que se trata de un pozo de agua de la vivienda que existía en ese punto de la plaza.