La médica intensivista Carmen de la Fuente Martos es la presidenta de la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Samiuc) y directora de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y Urgencias del hospital Infanta Margarita de Cabra. De la Fuente estudió en la Facultad de Medicina de Granada e hizo la especialidad de Medicina Intensiva en la UCI del Reina Sofía. Estuvo trabajando en el hospital Virgen de la Victoria de Málaga y, tras su llegada al hospital de Cabra en 1998, se responsabilizó de montar la UCI de este centro. Esta especialista es a su vez vocal de las sociedades autonómicas a nivel nacional. La Samiuc está integrada por unos 200 profesionales (de medicina y enfermería) y un gran número de colaboradores.

-¿Cuándo se puso en marcha aquella primera UCI del hospital Infanta Margarita?

-Se montó primero una unidad pequeña en el año 1998 y después se reformó en el 2009, contando con 12 camas.

-Uno de los objetivos por los que trabaja la Samiuc es por humanizar las UCI de los hospitales andaluces y precisamente el Infanta Margarita llevó a cabo una actividad de este tipo.

-Sí. A lo largo del año pasado, dentro del proyecto llamado Un año: 12 meses para 12 compromisos, la UCI de nuestro hospital acogió diversas iniciativas solidarias, de integración y cercanía con los pacientes y sus familiares, con la que quisimos compaginar la actividad puramente asistencial, en uno de los servicios con más avances tecnológicos y técnicos, con los mejores valores humanos y la atención más personalizada a unos pacientes y familiares, en situaciones de gran sufrimiento y vulnerabilidad. Nuestro proyecto del hospital de Cabra fue a nivel local, pero han surgido bastantes iniciativas similares de ámbito regional y nacional.

-¿Cómo valora el hospital en el que trabaja y ese citado proyecto de humanización de la UCI?

-Los hospitales comarcales tienen menor repercusión, pero nuestro grupo de UCI es un pequeño equipo de profesionales que tiene muchas ganas de trabajar. Es de las que más carteras de servicio tiene, con un área de influencia de más de 150.000 habitantes y trabaja con el resto de intensivistas de la comunidad. De la unidad de Cabra partió gran parte del plan de humanización. Se hizo un proyecto durante un año y quizás ha tenido una relevancia, porque ha permitido que inicie el impulso de esta estrategia desde nuestra sociedad científica.

-¿Qué líneas estratégicas se marca la sociedad que preside?

-Una de ellas es la ya citada humanización, pero desde la Samiuc también pretendemos fomentar la investigación, la formación de los residentes, acorde a las principales facetas de trabajo de los intensivistas (prevención y control de las infecciones, donación y trasplante, trauma, entre otros). Nuestro objetivo es diseñar un plan estratégico para las unidades de cuidados intensivos de cara a los próximos años, que englobe no solo formación e investigación para los residentes, sino también temas de calidad o seguridad clínica. Se ha celebrado recientemente una reunión con los jefes de los servicios de los distintos hospitales para crear grupos de trabajo para desarrollar todas estas líneas estratégicas.

-¿Qué perfil de pacientes se atiende en las UCI?

-Está cambiando ese perfil de los pacientes que ingresan en las UCI con respecto a la edad, porque la calidad de vida ha mejorado mucho y en este servicio no debe mirarse la edad cronológica sino la biológica. Las posibilidades de recuperación de los pacientes críticos se han incrementado mucho porque hay muchos más medios en sanidad. Las UCI son servicios flexibles que deben adaptarse al entorno y a las patologías. En ellas trabajan profesionales muy preparados en numerosos campos de la medicina y el problema del envejecimiento no es exclusivo de las UCI, sino general de todas las especialidades.

-¿Ha mejorado mucho la supervivencia en las UCI?

-Sí. Mucho en los últimos años, porque como ya he comentado han mejorado de forma notable los medios técnicos, la capacitación y compromiso de los profesionales, unido a un mayor acercamiento y humanización del trato con pacientes y familiares.

-¿Se ha avanzado igualmente en la prevención de infecciones?

-Hemos mejorado muchísimo en la educación y prevención de infecciones. Abrir la puerta a familiares nos ha permitido formarlos para que sean conscientes de las medidas de asepsia y aislamiento de los pacientes de la UCI. Estas unidades siempre se han cerrado mucho a las visitas, pero con los cuidados necesarios no parece lógico privar a los pacientes de su entorno en el momento más grave de su vida.

-¿Qué tipo de patologías se atienden más en las UCI?

-Se atiende a cualquier paciente (con patología cardiológica, cirugías graves, politraumatismos, entre otros problemas), cuya situación vital esté en riesgo.

-¿Qué nivel tienen los intensivistas de los hospitales andaluces?

-Son profesionales muy preparados. Algunos de ellos son referentes dentro del ámbito nacional, porque abarcan una cartera de servicios más amplia que las que tienen en otras comunidades. Nuestra sociedad firmó hace unos meses un convenio con la Escuela Andaluza de Salud Pública para desarrollar el plan de humanización de las UCI. Y, por otro lado, la Samiuc quiere renovar los acuerdos con el SAS para colaborar en las principales líneas de calidad asistencial en las UCI andaluzas, con grupos de trabajo en el ámbito de control de las infecciones o para mayor conocimiento de las técnicas de resucitación cardiopulmonar (esto a nivel de la población en general), como ha sido una actividad que recientemente celebramos en el área sanitaria Sur de Córdoba. También pretendemos hacer un curso sobre grandes quemados en el hospital Virgen del Rocío y organizar unas jornadas sobre sedación. La Samiuc pretende abrir su formación a los residentes, abarcar campos antes no incluidos y elaborar anualmente un plan formativo para los profesionales de nuestro ámbito de la comunidad.